Unos 20.000 ciudadanos británicos están hoy varados en Sharm el Sheij tras suspenderse los vuelos desde y hacia esa ciudad egipcia ante el temor de que el avión ruso que se estrelló el sábado en el Sinaí fuese derribado por una bomba.
El Gobierno británico dispuso anoche retrasar los vuelos como medida de precaución después de recibir información de inteligencia que apunta a la posibilidad de que un artefacto explosivo fuese la causa del siniestro, en el que 224 personas perdieron la vida.
Las aerolíneas easyJet, Thompson Airways, Thomas Cook y British Airways (BA) cancelaron anoche sus vuelos hacia y desde la ciudad egipcia, muy popular entre los turistas británicos.
Según fuentes oficiales, el Gobierno celebra hoy una reunión del comité de emergencia Cobra, formado por los principales ministros, para abordar las medidas a tomar para sacar a los británicos de Sharm el Sheij y evaluar la información de los servicios secretos.
El avión ruso cubría la ruta entre Sharm el Sheij y la ciudad rusa de San Petersburgo.
La reunión Cobra tendrá lugar antes de que el primer ministro británico, David Cameron, se reúna hoy en Londres con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, quien llegó anoche para iniciar una visita oficial de tres días al Reino Unido.
El Gobierno envió anoche a Sharm el Sheij a un equipo de expertos para evaluar las medidas de seguridad en el aeropuerto de esa ciudad y ayudar en la repatriación lo antes posible de los británicos.
La decisión de retrasar los vuelos fue tomada por el Gobierno después de celebrar ayer una reunión del comité Cobra.
El ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, admitió anoche que la medida tendría un "impacto negativo", pero insistió en que el Gobierno se vio obligado a actuar en respuesta a la información de inteligencia recibida, pues representaba "una amenaza para los nacionales británicos".
En una declaración a los medios, Hammond dijo que el Reino Unido considera a Egipto un importante socio y quiere trabajar con ese país, pero "cuando vemos algo que creemos representa una amenaza para los nacionales británicos, tenemos que actuar".
El Gobierno subrayó que trabaja con las aerolíneas para buscar la manera de sacar de manera segura a los británicos de la ciudad egipcia, algo que podría producirse mañana.
Egipto ha descartado la hipótesis de un ataque terrorista, mientras que el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, dijo hace dos días que no hay ninguna "evidencia directa" de terrorismo en la catástrofe aérea.
Sin embargo, la rama egipcia del grupo terrorista Estado Islámico (EI) ha insistido en su reivindicación del derribo del avión ruso, aunque no ha ofrecido detalles sobre esa supuesta operación.
Las investigaciones para determinar las causas del siniestro continúan en marcha, mientras en paralelo siguen los trabajos de identificación de las víctimas, después de que los cadáveres de los 217 pasajeros y siete tripulantes que viajaban en el aparato con destino a San Petesburgo hayan sido trasladados a la ciudad rusa.
Los equipos de rescate rusos ampliaron hasta 40 kilómetros cuadrados el perímetro de búsqueda de restos del desastre en la península del Sinaí.