Juan Garrido decidió que quería trabajar por su cuenta en 1992. Así que utilizó su experiencia en el sector del ajo y aprendió lo necesario para empezar a comercializarlos.
Su empresa familiar se ha convertido en un referente internacional, que vende más del 90 % de su producción en países de los 5 continentes.
Entre sus clientes de Ajos Gallardo hay desde empresas farmacéuticas que emplean el producto con fines terapéuticos a selectos públicos que buscan su innovador ajo negro.