Las intensas precipitaciones de los últimos meses han dado un vuelco a la situación hídrica de la provincia, cuyos pantanos se encuentran al 66,2% de media. Consecuencia de ello, la capital jienense ha vuelto a abastecerse en exclusiva del embalse del Quiebrajano, después de que en el último año alternara el suministro entre el citado pantano con los sondeos de La Merced y Mingo. El Quiebrajano, que hace apenas seis meses estaba a poco más del20% de su capacidad, se encontraba ayer al 75,47%. Es decir, en medio año ha triplicado su capacidad, que es de 31,60 hectómetros cúbicos. Casi la mitad de esa cifra la ha embalsado en el último año. Desde el inicio del actual año hidrológico, a principios de octubre, la lluvia acumulada en el Quiebrajano ha sido de 1.094 litros, cuando la media en esta época del año es de 598 litros. La crítica situación que este embalse presentaba hace un año llevó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a utilizar acuíferos propios para el abastecimiento a la capital. Pero el cambio drástico en la situación hídrica hace que hayan dejado de usarse los manantiales de La Merced, Mingo (ya clausurado) y otro sondeo también denominado Quiebrajano.
La demanda de consumo que la Confederación Hidrográfica atiende a todos los municipios dentro de este sistema es de unos 20.000 metros cúbicos diarios, de los que la mayor parte de ellos proceden el embalse del Quiebrajano. Con todo, la capital jienense cuenta con otros manantiales propios, como los de Peñas de Castro y Los Villares, con los que complementa el caudal de agua que necesita para abastecer a la población. En total, son unos 37.000 metros cúbicos de agua al día los que recibe la capital. Además de la buena situación de los embalses, también hay que tener en cuenta el alto nivel de recarga de los acuíferos. El sondeo de La Merced es de aguas subterráneas mientras que el manantial de Mingo es superficial. En toda la provincia, la media de los pantanos es del 66,2%. El Aguascebas es el único pantano de la provincia que se encuentra al límite de su capacidad, aunque los que desembalsan agua son los de la Bolera, Rumblar, Fernandina, Guadalén, Dañador y el propio del Aguascebas. También llama la atención que la presa de Siles, que aún no ha entrado en servicio por falta de canalizaciones sea una de las que desembalsa agua.