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Sábado 20/04/2024
 

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“Durante el ingreso pensaba en mi familia para recuperarme”

José Hurtado, de 66 años, asegura que estará “eternamente agradecido” por la atención sanitaria. Tras veinte días de ingreso, se recupera en su casa sin olvidar

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  • José Hurtado, de 66 años, vecino del barrio de Peñameféctit se contagió de Covid-19 a finales de enero y estuvo 20 días ingresado. -

JOSÉ HURTADO, DE 66 AÑOS, VECINO DEL BARRIO DE PEÑAMEFÉCIT, se contagió a finales de enero de coronavirus, no siendo el único de su familia. Su caso es el de una unidad familiar de tres convivientes, todos contagiados, con una afección distinta en su mujer, Juana Cárdenas (64 años) y su hija Lourdes (36 años). Él tuvo que ser derivado a la Unidad de Cuidados Intensivos por el empeoramiento de su salud. Estuvo ingresado en el hospital 20 días por Covid-19, diez en la UCI.  

Su hija fue la primera en contagiarse. El 14 de enero se confinó en casa por un positivo en su puesto de trabajo. Se hizo la prueba el día 22 y dos días después dio positivo en coronavirus. José y su mujer confirmaron su contagio el 28 de enero. Ella era asintomática y José comenzó con un resfriado, pero al día siguiente detectó los primeros problemas de respiración. El 30 de enero ingresó por Urgencias en el Hospital de Día. “Me pusieron el oxígeno. Me hicieron una placa y analítica. La doctora comunicó a mi familia que tenía neumonía bilateral aguda. Me subieron a planta para ver mi evolución y qué tratamiento me ponían, pero no consiguieron estabilizar el oxígeno. No reaccionaba al tratamiento y no me recuperaba. Me llevaron a la UCI del Médico-Quirúrgico el 31 de enero, por mi situación límite”, recuerda ahora tras conversaciones con su mujer e hija, que le han relatado cómo ocurrió todo.

De hecho, ingresó con un ataque de nervios. Lo sedaron, entubaron y un respirador artificial lo salvó. “Mi estado de gravedad era alto y no sabían si iba a superar aquella noche”, asegura. Mientras, ellas estaban en casa confinadas.  Su hija fue la primera en poder salir, el 2 de febrero, con prueba negativa. “A mi hija le impactó ver cómo estaba la UCI. El equipo de profesionales fue extraordinario. Las trató con cariño y les habló claramente de cómo estaba evolucionando. Trabajaban muchísimo para atender a todos los pacientes. Estaré eternamente agradecido por cómo se portaron”, dice.

El 6 de febrero lo trasladaron a la UCI del hospital Neurotraumatológico, por la saturación en el Médico-Quirúrgico. “Era el único paciente que, dentro de la gravedad, podía soportar un traslado, con el riesgo que conllevaba”, explica. Fue entonces cuando sufrió una embolia pulmonar. Le hicieron un tac del tórax y comenzó a reaccionar, quitándole poco a poco la sedación. Explica que sus hijas le hablaban mucho mientras él permanecía sedado. Una vez consciente, deseaba que llegara la tarde, horario de visita en la UCI, para ver a su familia. “Me daba mucha alegría verlas. Soy muy sensible y me callaba porque la emoción era muy grande. Me daban fuerza. Pensaba en ellas para recuperarme. Mi mujer y mis hijas han estado ahí, también mi yerno Paco, que no nos ha dejado en ningún momento”, agradece.

 El 12 de febrero lo subieron a planta y hasta el 17 de febrero no volvió a casa. “He superado el Covid y he desarrollado anticuerpos. He sido un privilegiado y he tenido mucha suerte porque hay quien no sale”, dice. Nunca imaginó que su vuelta a casa sería tan emocionante. Los balcones de la calle ‘Hernán Cortés’ del popular barrio lucían globos y pancartas de bienvenida. A pie de calle lo esperaban sus vecinos, hombres y mujeres de todas las edades que querían estar a su lado.   Entre aplausos, vítores de alegría y más de una lágrima, un emocionado José no sabía cómo agradecer tantas muestras de afecto. “Les dije que los había echado de menos, que sentí que estaban conmigo los días que permanecí ingresado”. Al grito de ‘vamos campeón’, José regresó a su casa, viviendo el momento más esperado.

Desde el inicio de la pandemia, José ha sido la alegría de la calle ‘Hernán Cortés’, promoviendo aplausos a sanitarios y colectivos esenciales y animando a todos desde su ventana. Desde ella, ahora se sigue asomando a la vida.  

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