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El Club del Aguante: el alma es la música

El grupo jiennense El Club del Aguante sacará en septiembre el tercer single de su disco

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  • El Club del Aguante -

Recordar es vivir y nuestra memoria conforma la esencia de nuestro ser. Desgraciadamente, esta afirmación se demuestra tras advertir la crueldad devastadora del Alzheimer, una enfermedad que va agujereando nuestro cerebro y destruyendo a su paso las células nerviosas. No obstante, no puede con todo. Ya son muchos los estudios que corroboran que los afectados olvidan lo más básico como a sus hijos o su propio nombre y, sin embargo, siguen acordándose de las canciones de su vida. Resulta que, mientras que los recuerdos a corto plazo se guardan en el hipocampo y los de a largo plazo en la corteza prefrontal, los musicales se esconden en el inexpugnable giro cingulado anterior de la zona media. Esto es como si el pirata, en lugar de enterrar un tesoro en cualquier playa, entrara dentro de un volcán en erupción y buscara la cueva más recóndita para ocultarlo. Pero... ¿Por qué nuestra propia naturaleza se toma tantas molestias en preservar los recuerdos de unas simples canciones? Además de usar la música como medicina para tratar de vencer al Alzheimer, los neurocientíficos de la University College London, dirigidos por Jason Warren, contestan a esta pregunta asegurando que la música es el único estímulo tan poderoso como para activar todo el cerebro y reconectarnos de nuevo, un interruptor emocional y de nuestra autoafirmación. La alumna más aventajada de Warren, Elia Benhamou, va más lejos y responde que la música estimula tanto la función cognitiva que ayuda a encontrar soluciones a los problemas más graves. Recuerda que solo el homo sapiens tiene la capacidad de crearla, que en todas las sociedades humanas ha existido y que, más que un mero arte, es parte de un "propósito biológico" que una vez tuvimos que necesitar para seguir sobreviviendo y progresando.

   ¡Ojo! Aunque lo dice entre líneas, Benhamou está insinuando que la música fue el salto evolutivo del mono al hombre, lo que nos diferencia del resto de las especies y, por tanto, lo que los primeros cirujanos y los teólogos han estado buscando: el alma.

     Una de las bandas con más alma que siempre disfruto es "El Club del Aguante". Sus coplas suelen ser grandes evocadoras de recuerdos y, a la primera escucha, se alojan en, ¿cómo era?, ah, giro cingulado... Bueno, dentro de la cueva de aquel volcán en erupción donde un pirata esconde nuestras canciones para que sean inolvidables. Estos magos de la nostalgia, actualmente, se encuentran en un momento espectacular de iluminación y, de uno en uno, están sacando los mejores temas desde que se embarcaron en este proyecto allá por 2013. Recopilando todo el nuevo material videos incluidos, el objetivo a medio plazo es un trabajo audiovisual en directo donde estén todas las flamantes creaciones y algunas de sus más emblemáticas composiciones. Con la vista en este horizonte, ya podemos saborear dos bellísimas canciones. La primera, "Todo por nada", es un himno generacional y reivindicativo que, a la batuta de la sorna, oculta el lamento de un "¿por qué me han desaprovechado?". Un tema pegadizo que nos identifica y nos hace cómplices, sobre todo, a los que ya rondamos los 50 tacos. La segunda, bajo el precioso nombre de "Al compás del ocaso", es un casi vals tan emocionante que no me importaría que sonara en mi funeral mecido por los sollozos de dos o tres plañideras que me amaron en secreto. Una canción que cuenta con la estelar colaboración de Manu Clavijo. Este célebre violinista de Miguel Ríos y otros gigantes no dudó en prestar su talento a nuestros titanes en la sombra de "El Club del Aguante" que son los extraordinarios Michi Mapache y Pedro Higueras "Dakota" acompañados, en muchas ocasiones, por Ferdi a la batería y Juande Ramírez al acordeón, mandolina o piano. 

   Siguiendo con las buenas noticias, en septiembre saldrá a la luz la tercera canción que se llamará "Cerrado por decepción". Estoy convencido de que, igual que las demás, mostrará una refulgente alma que, como ya sabéis, es la música de esta excepcional banda que nos hace rememorar sentimientos, emociones y vivencias. En consecuencia, solo me queda dar las gracias a "El Club del Aguante" porque... recordar es vivir y nuestra memoria conforma la esencia de nuestro ser.

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