A sus noventa años y con una vida llena de éxitos que otros han cantado, Manuel Alejandro se ha atrevido este sábado a poner voz a sus propios temas en el Teatro Real de Madrid, frente a un público entregado que ha querido homenajear un virtuoso que lucha contra el paso del tiempo.
En plena “cuarta juventud”, ha contado el artista, y “antes de que se gripe” más su máquina, el compositor ha hecho un repaso durante poco más de una hora de algunos de sus éxitos más representativos en un concierto íntimo, con el único sonido de su piano de cola y su hilo de voz, rapsoda de la historia de su vida.
Creador de más de 600 canciones y artífice de auténticos himnos de la música española, como “Yo soy aquel”, “Háblame del mar, marinero”, “Soy rebelde”, ”Qué sabe nadie” o “Se nos rompió el amor”, Manuel Alejandro ha tomado la palabra para convertirse en intérprete de sus propias canciones, que ha recitado más que cantado.
“Esto es un atraco, esto es una osadía el haberles convocado hoy aquí, sin experiencia, sin facultades vivas”, ha arrancado el artista frente a un público que quería presenciar el primer concierto del compositor, cantando sus propias canciones, esas que han convertido en éxitos artistas como Rocío Jurado, Julio Iglesias o Raphael.
Con un éxito de este último, “Te voy a contar mi vida”, el título del espectáculo, ha arrancado Manuel Alejandro un concierto en el que el artista ha hecho un repaso no solo por sus canciones sino por su propia vida.
“Me voy a figurar que cada pareja está sentada a mi lado y yo voy a contarle el porqué de esas canciones. Porque una canción si no la vives en el momento de escribirla no interesa. Hay que traer el motivo que te arranque, que te arañe, que te haga vibrar, sentir, llorar, si no, no funciona”, ha narrado.
Así, el compositor ha viajado desde la primera canción que compuso a los 14 años después de que su novia de la infancia lo abandonara por otro, al amor pasional que vivió con una mexicana tras el que compuso “Soy rebelde” (que Jeanette convirtió en himno), pasando por el “Yo soy aquel” (éxito de Raphael) que le compuso a su primera esposa.
Todo ello emocionado y nervioso, luchando contra un dolor en el hombro, algunos olvidos y sonidos molestos. “Estoy acostumbrado a la tranquilidad de mi estudio”, ha explicado “El Escribidor”, ante un público abrazador, que ha respondido con aplausos a los deslices.
En su piano de cola decorado con un sarape mexicano, haciendo alusión a uno de los grandes amores de su vida, México, Manuel Alejandro ha recordado también las canciones compuestas para artistas en momentos especiales como cuando Julio Iglesias “estaba moreno todos los días y todo el mundo lo consideraba un Alfa tremendo”.
Casi al final del concierto, el artista ha sido galardonado en el escenario con el premio “El gran maestro” de la Sociedad de Autores y Compositores de México, galardón que ha recogido de la mano de los compositores mexicanos Martín Urieta y Roberto Cantoral.
Este año está siendo especial para el autor, que en febrero fue nombrado por el Gobierno andaluz Hijo Predilecto de Andalucía, poco después de ser reconocido también con las distinciones de Hijo Predilecto de Jerez y de Cádiz.
Nacido el 20 de febrero de 1932 en Jerez de la Frontera (Cádiz), Alejandro es hijo de Germán Alvarez-Beigbeder, compositor de obra sinfónica y de la mayor parte de las marchas sacras de Semana Santa, un caldo de cultivo en el que se crio el autor.
Tras poco más de una hora de música, Manuel Alejandro se ha despedido del público ovacionado y emocionado tras cantar “Háblame del mar, marinero”, bromeando sobre su estado: “La próxima vez, seguro que voy a estar mucho peor”.