De esta forma, los vecinos ven el final de una situación que se fue alargando en el tiempo desde que el pasado 22 de junio se tuviera que andamiar la estructura, con el consiguiente corte al tráfico de la prolongación de la avenida Blas Infante.
Los realojados son un total de cinco familias, que son las que habitan la parte curva de la fachada afectada por los derrumbamientos, y donde ya se ha procedido al inicio del desmontaje manual de la estructura.
A lo largo de la pasada semana se procedió a la localización de las viviendas de alquiler en las que se realojarán estas familias durante el tiempo que duren las obras, un alquiler que será abonado por las partes implicadas en el conflicto.
El abogado de las familias afectadas, Antonio Viñas, resaltó ayer la satisfacción de las mismas por la consecución de un acuerdo entre las partes y por el inicio de las obras, que supondrá el final de un calvario de meses que lleva arrastrando el litigio.
Dicho acuerdo se suscribió la pasada semana entre el Ayuntamiento y los responsables de la obra, y supondrá que la empresa constructora (Corsán Corvián) asumirá la mayor parte de los costes de la reparación, que ascienden a alrededor de 600.000 euros. Otra parte la va a asumir el seguro del arquitecto que diseñó el edificio y Somixur (empresa participada por el Ayuntamiento y Aldía) va a asumir una cantidad que oscila entre el 10 y el 15%.
La negociación, que ha sido llevada a cabo por el administrador concursal de Somixur, Pedro Pablo Cañada, no ha llegado a un acuerdo con la aseguradora de los arquitectos técnicos, por lo que será la constructora la que asuma esta parte, trasladándose este extremo a la vía judicial.
Los trabajos, que ya han comenzado, consistirán en el desmontaje manual de la fachada. El delegado de Urbanismo, Diego Sánchez Rull, contempla que la prolongación de Blas Infante pueda reabrirse al tráfico en un plazo de 45 días.
Disconformidad
Por su parte, el presidente local del PP, José Ignacio Landaluce, señaló ayer que “este acuerdo tendría que haber llegado mucho antes para que el perjuicio hubiera sido el menor para todos los ciudadanos. El Ayuntamiento, que tiene que ser el motor de la ciudad y el que genere iniciativas, una vez más, demuestra que lo que hace es dejar que los asuntos se pudran en la ciudad”.
