Adelante Andalucía ha presentado su propuesta para poner en valor el abandonado complejo de la antigua fábrica de botellas a través de la reconversión de las actuales instalaciones en una fábrica de vidrios planos para ventanas de doble y triple acristalamiento en rehabilitaciones energéticas, así como para la fabricación de paneles solares, que podría generar entre 300 y 500 empleos según las inversiones que se lleven a cabo. Dentro de este proceso de reconversión, plantean la instalación de un nuevo horno que emplee energías renovables como materia prima, bien a partir de biogás, de hidrógeno o la posibilidad de explorar un precalentamiento de la arena con energía solar térmica.
En rueda de prensa junto a Teresa Rodríguez, portavoz nacional de la formación andalucista, Carlos Fernández, candidato a la Alcaldía de Jerez, ha afirmado que “el turismo no puede ser el único motor de la economía en nuestra ciudad así que, en lugar de aspirar a convertir Jerez en un parque temático, en Adelante apostamos por recuperar la categoría de ciudad industrial que un día tuvimos y que permitió que Jerez floreciera durante el siglo XIX”. Para Fernández, “la transición ecológica y la lucha frente al cambio climático nos ofrece la oportunidad de volver a coger el tren de la industria, en este caso verde, dinamizando la economía desde lo público y generando numerosos puestos de trabajo”.
De acuerdo con los cálculos de los técnicos afines a Adelante Andalucía, la necesidad de mejora de la eficiencia energética de las viviendas, tanto para reducir el consumo de energía como para ganar confort térmico con el aumento y la intensidad de las olas de calor, las viviendas que precisan de actuación, sólo en Andalucía, podrían superar los 4 millones. Traduciendo este volumen de ventanas a cantidad de vidrio a producir, a precios de fábrica, implicaría un potencial de facturación para la nueva fábrica de vidrios planos de unos 10.000 millones de euros, teniendo en cuenta únicamente el mercado andaluz.
La formación andalucista de izquierdas reclama que “Andalucía tiene que ganar peso industrial para dejar de ser el patio trasero del desarrollo español, dejar de ocupar un lugar meramente extractivista”. En el caso de la industria del vidrio, según Vidrio España —la asociación de la industria del vidrio en nuestro país—, de las 22 fábricas presentes en el estado español, sólo una se ubica en Andalucía, la de Veralia en Alcalá de Guadaira en la que se fabrican envases de vidrio como botellas y tarros, no habiendo ninguna que se dedique a la fabricación de vidrios planos.
“Qué mejor industria para Jerez que recuperar el más de un siglo de historia en la fabricación de vidrio, pero esta vez para la tan necesaria transición ecosocial”, ha afirmado por su parte Teresa Rodríguez, portavoz nacional de Adelante Andalucía, que ha recordado que Jerez ha sido “un polo industrial importante” por la industria vitivinícola, siendo necesaria una “reconversión” a un sector como la del vidrio, que puede ser compatible con el desarrollo industrial sostenible.
Sobre la búsqueda de financiación para la puesta en marcha de la factoría, Carlos Fernandez ha expuesto que se podrían optar a fondos europeos presentando un proyecto innovador en materia de descarbonización de la industria, con la posibilidad de construir en la planta un nuevo horno que funcione con energías renovables, ya sea con biogás, con hidrógeno, o incorporando un precalentamiento de la arena con solar térmica. Fernández también ha querido destacar que su proyecto de recuperación de la fábrica es importante a la hora de alcanzar el modelo de ciudad de los 15 minutos, ya que “al estar ubicada en el centro de la ciudad, la plantilla podría vivir en el entorno de la fábrica, pudiéndose prescindir del uso del coche con un buen transporte público o incluso accediendo a ella a pie o en bicicleta”.
Por último, Adelante Andalucía ha reiterado su compromiso para conservar las tres antiguas chimeneas de la fábrica de botellas, correspondientes a los tres antiguos hornos de Saint-Gobain Vicasa. La formación andalucista señala que así buscaría proteger el patrimonio histórico industrial, como señal de identidad colectiva de la ciudad de Jerez y la industria vitivinícola, que tendría una continuidad acorde al siglo XXI con el horno de nueva generación y energías renovables.