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Más conocimiento, más protección

Este proyecto, que realiza la Estación Biológica de Doñana (CSIC) conjuntamente con CIRCE, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

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  • Dos rorcuales pasando por el Estrecho de Gibraltar este pasado mes de juli. Al fondo, La Peña. -
Recientemente hemos visto como CIRCE y la Estación Biológica de Doñana, Instituto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tienen previsto desplegar marcas satélite en rorcuales comunes y cachalotes.

Es interesante pararse a explicar como funciona este tipo de marcas satélite, y sobre todo el porqué se ha decidido implantar este tipo de tecnología en el Estrecho de Gibraltar.

Como primera parada es interesante analizar para que servirá este tipo de experimentación. El conocer las áreas de campeo de los cetáceos es fundamental si queremos protegerlos. En el caso del medio terrestre, estaremos ante animales que podremos seguir, y que en muchos casos tienen parques naturales, o áreas delimitadas, por lo que podremos saber donde se sitúan y no sería tan necesario realizar seguimientos satelitales.

La técnica de las marcas por satélite consiste en que un cetáceo tendrá en su aleta dorsal durante un tiempo de alrededor de 2 a 3 meses un componente electrónico que contactará con un satélite durante este periodo, dando información sobre la situación de la ballena, así como sobre el tipo de comportamiento que va teniendo a lo largo del día a partir de sus comportamientos de inmersión.

Hasta la fecha, las dos únicas formas de que los cetáceos pudiesen darnos esa información eran o capturando al animal y taladrando la aleta dorsal, lo que permitía "acoplar" el transmisor al animal, y posteriormente se liberaba de nuevo, o bien para el caso de grandes cetáceos, lo complicado era que no se podía capturar a los animales por lo que se desarrollo una serie de transmisores que se disparaban a los animales con gran fuerza, y que quedaban integrados en el animal llegando a desaparecer en la grasa del animal, y dejando tan solo a la vista la antena del transmisor.

Nuevas tecnologías
Afortunadamente hoy día, la tecnología ha permitido crear una serie de transmisores de nueva generación, que no pesan más de 40 gramos, y miden menos de 4 cm, por lo que resulta muchísimo menos agresivo desplegarlos en animales como orcas, cachalotes y rorcuales comunes, y desde luego sin dejar ninguna secuela en los animales.

Estas marcas se acoplarán a los rorcuales y cachalotes por medio de una serie de implantes de titanio, que no miden más de 4 cm de largo y 2 milímetros de diámetro, que se dispararán por medio de un rifle anestésico desde la embarcación.

Hay que recalcar que este tipo de marcas se desplegarán en animales de entre 20 y 24 metros para el caso de los rorcuales comunes y en animales de 12 a 16 metros para el caso de los cachalotes, por lo que el tamaño de la marca será insignificante en el animal en comparación a su tamaño, creando así un imacto mínimo en el mamífero.

Este despliegue nos permitirá saber definitivamente donde migran los rorcuales comunes y los cachalotes cuando pasan por el Estrecho en el caso de los primeros, y hacia donde se dirigen cuando dejan el Estrecho en el segundo caso.

Esta medida, por tanto nos ayudarán a aplicar medidas de gestión para la especie a nivel del Mediterráneo, conociendo con mayor exactitud las zonas en las que se mueven y en las que se alimentan, para así poder proteger esas áreas y continuar con la conservación de los cetáceos a nivel Mediterráneo, Estrecho y Atlántico contiguo.

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