Como se recordará, los trabajadores de la planta accedieron a prorrogar nuevamente el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que pende en la factoría desde hace casi dos años.
La Seda pidió a principios de septiembre una extensión de dos meses más para cerrar la venta, pero la fecha límite se acerca y la plantilla asiste a una “cuenta atrás” sobre la que no tienen información. Por ello, los trabajadores parecen reacios a conceder nuevos expedientes y esperan que la situación se resuelva definitivamente en días o escasas semanas.
Mientras tanto, auditores externos continúan analizando y evaluando el estado de la planta de cara a presentar un informe a las compañías interesadas en adquirirla.
A pesar del secretismo con el que se están desarrollando las conversaciones de venta, fuentes próximas a la negociación aseguran que las ofertas presentadas por las empresas pujantes, una española y otra suiza, estarían “al mismo nivel”.
Así pues, la preocupación del colectivo, con quien La Seda por fin se ha puesto al día en cuanto a pago de nóminas, es que se acepte la oferta que proteja más empleo.