El Ayuntamiento de Jerez va a mantener abierto el Museo del Belén “durante los meses de verano en su horario habitual” a pesar de que hace apenas una semana se podía observar un cartel en su acceso principal que advertía de su cierre “del 16 de junio al 16 de septiembre (ambos inclusive)”, tal y como publicó este medio.
Según el Gobierno local, de este modo, el museo “se suma a la red de espacios expositivos de la ciudad, que reciben durante este periodo la visita de numeroso público, principalmente procedente de otras ciudades, interesado por el arte y el patrimonio de la ciudad”.
Precisamente la información publicada el pasado 13 de junio incidía en la coincidencia del cierre “con el periodo de mayor flujo de visitantes”, según demuestran los datos del propio Instituto Nacional de Estadística (INE), “que constatan que agosto y julio –por este orden- son los meses de más movimiento en los hoteles de Jerez”.
Este equipamiento –de titularidad municipal- volvió a abrir sus puertas el pasado 1 de diciembre, haciéndolo además con vocación de permanencia y en base a un compromiso adquirido por la alcaldesa, María José García-Pelayo, con la Asociación de Belenistas de Jerez.
No en vano, en el acto inaugural, la propia regidora llegó a afirmar que gracias a esa decisión municipal en Jerez sería Navidad “los 365 días del año”.
Con el anuncio de cierre en los meses de verano daba la sensación de la realidad económica había terminado imponiéndose a ese deseo inicial, dado que el Museo del Belén –al igual que ocurre con el de Lola Flores- está gestionado por Fundarte, una sociedad municipal obligada a la búsqueda de un equilibrio entre los ingresos y los gastos.
Sin embargo, ese objetivo económico parece estar lejos de alcanzarse al menos en lo que se refiere al museo enclavado en la calle Circo. En los meses de noviembre y diciembre, los costes de personal ascendieron a 13.839,88 euros, mientras que los ingresos por venta de entradas no pasaron de 8.191,82 euros.
No se han divulgado datos del periodo comprendido entre enero y mayo, pero todo apunta a que el museo ha debido empezar a acumular un déficit que hacía insostenible que se mantuviera también abierto en verano, aunque finalmente se ha dado marcha atrás a esa decisión inicial, quizá en la confianza de mejorar sus datos gracias a los visitantes que llegan en verano.