Con 400 metros de eslora, 59 metros de manga y 73 metros de altura, los buques de la clase Triple-E comenzarán a entregarse desde 2013.
Desde que se hiciera público este anuncio, la prensa marítima internacional ha especulado con los posibles destinos de estos barcos, cuyas características no los hacen propicios para todos los puertos por su calado y altura.
La prensa norteamericana ha mostrado la preocupación de las terminales de su costa oeste ya que los buques se elevan a una altura de nueve contenedores, una distancia para la que la mayoría de las grúas no están capacitadas para operar.
Por ello, son varias las terminales que deberían plantearse la compra de nuevas grúas o elevar las ya existentes. Sin embargo, la cimentación de estos gigantes metálicos supone otro desafío técnico ya que la mayoría de estos muelles no fueron diseñados para soportar el peso de las nuevas grúas.
Además, los nuevos buques refuerzan la idea del tráfico de transbordo frente a los servicios directos entre puertos mediante embarcaciones menores.
Algeciras
En este escenario, la terminal de APM en el Puerto de Algeciras ya dispone de estas grúas y las características de calado de la Bahía sitúan al muelle comarcal en una situación favorable frente a Tánger Med.
En la otra orilla del Estrecho, Tánger tiene problemas de calado, que obligan a dragar la entrada del puerto marroquí de manera recurrente. Tanto es así que varios barcos han tenido que ser desviados puntualmente a Algeciras.
