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Puerta grande para Salvador Vega en Algeciras

Vega, tres orejas; El Cid, una; y Cayetano se fue de vacío.

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  • Vega. -
Ficha técnica
Plaza de Toros de Las Palomas. Domingo 19 de junio. Primera corrida de abono.
GANADERÍA

Toros de Luis Algarra. Por orden salida pesaron 450, 480, 505, 470, 510 y 515 kilos. El primero manso, aunque toreable. El segundo noble y el tercero descastado. El cuarto, descastado. El quinto, bravo por el pitón derecho, aplaudido en el arrastre. El sexto, descastado. En general, bien presentados.
DIESTROS
Manuel Jesús El Cid. De blanco y oro. Estocada algo desprendida, oreja. Estocada, ovación.
Salvador Vega. De blanco y oro. Estocada algo tendida y trasera, y descabello, oreja tras aviso. Estocada sin puntilla, dos orejas.
Cayetano Rivera. De verde manzana y oro, media tendida, silencio. Media y dos estocadas, silencio.
INCIDENCIAS
Presidente: Presidió, tras varios años de ausencia, Francisco Ortiz Mejías, asesorado por el ganadero Carlos Álvarez.
Tiempo y entrada: Tarde agradable de temperatura. Floja entrada en el sol y casi media en la sombra. La empresa cumplió con el festejo pero, un año más, el publico no acudió en el Domingo Rociero.
Homenaje: Antes del comienzo se entregó una placa conmemorativa al Algeciras CF con motivo de la corrida a celebrar por su centenario.

El abono comenzó con un triunfo rotundo de Salvador Vega, que cortó tres orejas. Antes de comenzar el festejo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Salvador Mateo, fallecido hace unos meses.  Comenzó con buen pie El Cid, cortando la primera oreja ante un toro que tuvo arrancadas de principio bien aprovechadas en los medios, al torear a la verónica. En la faena de muleta, que comenzó en el platillo de la plaza, hubo unas primeras series con la diestra y el animal buscó las tablas. Allí fue donde El Cid, a base de esfuerzo y de darle lo que quería el toro, realizó una labor sobre ambos pitones, cuajando excelentes series, llevándolo muy tapadito. Aprovechó lo que tenía. Complicado y descastado fue el cuarto para El Cid. Terminaba en la muleta con la cara alta, derrotando, y el de Salteras sólo se pudo lucir en varias tandas con la derecha. Aunque lo intentó, hubo voluntad y ganas, pero nada más.

En el toreo hay que hacer las cosas muy despacio, y esto lo supo hacer Salvador Vega. Asentado, tranquilo y relajado, estuvo toda su labor en el primero toreando a la verónica y en quites por chicuelinas. Se lucieron en banderillas Raúl Núñez e Isaac Galvín. La faena fue justa, medida, con sitio y poder. Se le ve con nuevos aires y exprimió al toro todo lo bueno que tenía. A pesar de sonar un aviso, arrancó la oreja con fuerza. Ese es el camino Salvador.

Buscó la puerta de la Feria, desde que saludó al quinto con una larga cambiada, para seguir toreando genuflexo en bellas verónicas. Estuvo con el mismo son que en el toro anterior, con total entrega en faena templada y artística. Fue base y fundamento de una labor sobre la diestra, el pitón más potable, con series de derechazos profundos y con empaque, ligando en un palmo de terreno. Aunque lo probó por el otro pitón, se le quedaba corto. Salvador está en un momento bueno, supo darle tiempo y aire para lograr un triunfo justo y merecido, nada de paisanaje, porque lo que hizo ayer en Las Palomas quedará en el recuerdo de un torero escaso de oportunidades pero que quiere volver a ser el que fue. Como demostró en su airosa y gallarda salida de cada muletazo.

Cayetano tuvo un primero, que aunque se llamaba Espléndido, de eso no tenía nada. Fue un toro descastado, de corta embestida, donde Cayetano no se confió y se mantuvo algo frío. Poca historia en este su primer capítulo de la corrida. El sexto, corretón, buscaba la salida y Cayetano se apretó en verónicas. En varas fue el único que apretó, pero sin clase. A Cayetano se le vio dispuesto tras brindar al público y todos estábamos ilusionados, como se llamaba el toro, pero fue un espejismo. No se encontró el torero ni el toro le ayudó, y eso que inició la faena de rodillas. No tuvo suerte en el lote, pero una voz desde el tendido le pidió a Cayetano echar más chispa, pero no se encendió la mecha del triunfo.n

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