En la histórica población serrana de Espera, y desde el año 2017, desfila por sus calles una procesión infantil presidida por el Cristo crucificado “Rey de Espera” y la Virgencita de las Lágrimas, la “Reina de Espera”. Ambas imágenes, de gran valor artístico, procesionan sobre pasos realizados a la escala de sus costaleros y acompañantes.
Este año, vuelven a salir en procesión este Viernes de Dolores a las 9,30 de la mañana, aprovechando la finalización de las clases y el inicio de las vacaciones de Semana Santa.
El artífice de esta original iniciativa cofrade es Patricio Campón Bautista, quien fuera Hermano Mayor de la Hermandad de la Expiración de la localidad durante 37 años. Su amor y dedicación hacia el mundo cofrade, y su gran sensibilidad para con las tradiciones de su pueblo, le han llevado a desarrollar una decidida apuesta por encender entre los más jóvenes, sentimientos de arraigo y emoción para continuar con esta manifestación pública de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
La procesión estará en la calle dos horas y media aproximadamente, y cuenta con los permisos del párroco D. Alejandro Holgado, de la alcaldesa Tamara Lozano, quien pondrá la Policía local al servicio de cortes de calles y de la seguridad, así como la colaboración de la directora del colegio Mari Carmen Rubiales.
Los pasos serán llevados por un grupo de costaleros de unos veinte niños y niñas, los cuales, han estado ensayando durante un mes. La procesión está acompañada por centenares de colegiales y sus familiares de muy diversas edades, portando cada uno un cirio simulado, y muchas de las niñas con vestido negro y mantilla. Tampoco faltarán las saetas, lo que para algunos niños supondrá su primer contacto con esta expresión flamenca tan particular.
Con esta procesión infantil que tanto arraigo está generando en Espera se ha conseguido que sabia nueva corra por el tronco viejo para desarrollar nuevas ramas, flores de muchos colores y para dar buenos frutos cofrades. Y todo gracias a la labor de Patricio Campón, que dejará los mimbres para que el relevo generacional se produzca en el mundo cofrade y en la Semana Santa de Espera.