El presidente del Clúster Turístico, Antonio Mariscal, entiende que desde el punto de vista del sector el resultado de la pasada edición de la Feria del Caballo “es bastante bueno”, con un “lleno casi absoluto” y con una presencia creciente de gente “de fuera” a pesar de las carencias que muestran las infraestructuras de la provincia.
Mariscal resta importancia al debate sobre la reserva de mesas, entre otras cosas porque “la Feria evoluciona igual que lo hace la sociedad” y responde a los “cambios que se van produciendo en el consumo”. “A partir del Covid se ha producido un cambio a nivel general, porque ya casi nadie llega a un restaurante sin reserva, y en la Feria ocurre lo mismo. Es comprensible que el casetero trate de concertar almuerzos, aunque nos pueda suponer un inconveniente a la hora de llegar a una caseta de manera improvisada, pero eso suele ocurrir a una hora muy concreta”, explica”.
De igual modo, considera que estamos ante un fenómeno que guarda relación con la “evolución socioeconómica”, porque “hace treinta años la gente no estaba dispuesta a comer en la Feria a mesa y mantel, sino que se venía a tapear, y ahora ya no es así”. “La reserva de mesas ha venido para quedarse durante todo el año, y en la Feria también”, concluye.