"Ya no está uno tranquilo ni fuera de la consulta". Lo apuntaba este miércoles entre consternado y resignado Juan Benjumeda, del Sindicato Médico, tras participar en la concentración celebrada a las puertas del Hospital de Jerez en apoyo a la compañera agredida el día anterior en la cafetería del hospital por los acompañantes de un paciente de Hematología y en señal de condena ante la reiteración de este tipo de situaciones: en lo que va de año, tan solo en el área sanitaria de Jerez se han registrado una decena de agresiones físicas. "Insultos y malos modos es imposible de contabilizar, porque son varios por hora en cualquier centro sanitario", apostillaba.
La facultativa agredida "está mal, preocupada, porque además ve que no hay justificación. Es una persona que se desvive por los pacientes, como todos los médicos, y de pronto, sin motivo, es agredida, cuando ni siquiera estaba en la consulta, sino en la cafetería, cuando la consulta había terminado", señalaba Benjumeda.
En su opinión, esta situación no cambiará hasta que los jueces sean más "contundentes" a la hora de imponer sentencias condenatorias de tipo económico a los autores de cada agresión. "No se trata sólo de poner medidas de alejamiento, que son las que se aplican, sino que debe haberlas de tipo económico, más gravosas, para que quien cometa un hecho tan lamentable como éste vea cómo lo paga con una pena económica".
Del mismo modo, el Sindicato Médico insiste en que el personal facultativo sea considerado "personal de riesgo, porque vemos que hay un riesgo cierto en el cual casi todas las semanas hay agresiones".
En el transcurso de la concentración, Álvaro Molinillo, director de Personal del Hospital, dio lectura a un manifiesto de apoyo a su compañera en el que además insistió en la concienciación de la ciudadanía para evitar episodios violentos y desagradables como el de este lunes. "Nuestra condena más enérgica, repulsa y rechazo a actitudes violentas en la sanidad. Todas las persona tenemos derecho a recibir asistencia sanitaria en un ambiente seguro y tranquilo, sin violencia. Las agresiones en centros sanitarios atentan contra el colectivo profesional y a la confianza de la ciudadanía en nuestra sanidad pública".
"Las agresiones físicas, verbales, insultos, amenazas, deben ser erradicados de los centros sanitarios. Debemos concienciar sobre el daño que provocan y evitar un clima de desconfianza. La ciudadanía debe hacer uso adecuando de los centros sanitarios, poniendo en valor sus derechos y sus deberes, manteniendo ambiente de cordialidad, confianza y respeto mutuo", prosiguió Molinillo.
El director de personal invitó, "entre todos", a "fomentar el respeto por las personas que velan por nuestra salud. Debe ser un valor fundamental de nuestra sociedad. Ir de la mano para promover una conciencia social positiva de los servicios sanitarios como bien público, que con mucho trabajo y esfuerzo hemos construido a lo largo de los años. Hay que cuidar a sus profesionales que son el alma de la sanidad".
Por su parte, Juan Benjumeda incidió en que los protocolos establecidos por el SAS ante este tipo de situaciones son insuficientes. "Vemos que el SAS tiene un plan de agresiones, y tiene buena voluntad, porque el primer perjudicado por las bajas es la propia empresa, pero no es efectivo, puesto que las agresiones se han incrementado ya con respecto al año anterior, incluso con un guardia de seguridad, como tenemos en el Hospital", de ahí que incida en que una de las soluciones pasa por la administración de justicia a la hora de aplicar sanciones económicas a los agresores en función del perjuicio que ha ocasionado.
