La presencia del mildiu en buena parte del Marco de Jerez a poco más de un mes para el inicio de la vendimia está generando una inquietud creciente en las bodegas, que temen que una merma de la cosecha afecte de manera negativa a su producción.
El último informe publicado por Covijerez “confirma la virulencia en racimos durante el cuajado de mayo”, aunque “afortunadamente” parece que “muchos racimos sanos compensarán los daños”.
El estado de los viñedos no es homogéneo, con zonas “muy afectadas” y otras en las que apenas hay presencia del hongo, como constata el presidente de Asevi-Asaja, Francisco Guerrero.
“En Trebujena está afectado el 40% del viñedo, pero en Sanlúcar no hay apenas incidencia. Por Jerez, vemos en la parte de Macharnudo una zona bastante afectada y mientras tanto en Las Tablas, Añina o Balbaina hay poco daño”, explica.
El escenario está generando una gran incertidumbre tanto entre los viticultores como en las propias bodegas, que en algunos casos han acudido ya a las cooperativas para hacerse con los excedentes de la pasada campaña con idea de garantizarse materia prima para la elaboración de sus productos.
“Hay mucha inquietud en las bodegas porque no vamos a tener una cosecha como la del año pasado y es posible que falte uva”, apostilla Francisco Guerrero. El caso es que, aunque todavía no se está hablando de precios, en algún caso concreto se han cerrado ya contratos a 1,20 euros por kilo de uva, cuando el año pasado el precio “normal” rondó los 0,90-1,00 euro.
La campaña pasada se cerró con 62,5 millones de kilos de uva, un 25% por encima de lo cosechado en 2023. La previsión inicial para este año era algo inferior, aunque con la irrupción del mildiu resulta aún más complicado a día de hoy hacer una previsión ajustada a la realidad.
Por tanto, será el mes de julio el que deberá resolver todas las incógnitas que se están planteando. A los viticultores les interesa “que no haya mucho levante y que haya buenos rocíos para que la uva engorde”, que es justo lo contrario de lo que está ocurriendo estos días, marcados por unas temperaturas excesivamente altas. No obstante, en esta semana parece que volverá a predominar el levante, al menos hasta el viernes, que es cuando volverá a entrar el viento de poniente y se apreciará un descenso de las temperaturas diurnas y nocturnas.
Más allá del mildiu, también deben tenerse en cuenta otras enfermedades que también pueden afectar a la viña en un momento ya clave para la maduración de la uva. Así, desde Covijerez se advierte de la necesidad de que en aquellas parcelas que padecen problemas crónicas se observe “máxima precaución” ante la presencia del oídio, ya que hasta que la uva “entre en caldo” estaremos en periodo de “riesgo”.
El mosquito verde también ha empezado a aparecer en las viñas del interior, siendo probable que su presencia vaya en aumento. La araña roja está igualmente presente “en muchas parcelas” y con el calor de julio podría incrementar su impacto.
El cuidado del viñedo y la utilización de los productos adecuados y autorizados para tratar de atajar cualquier tipo de enfermedad se antojan ahora ya claves para tratar de salvar la campaña de la mejor manera posible.