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Jerez

“Se ha utilizado todo lo utilizable para satanizar la gestión del PSOE”

Tras un año en la oposición, el portavoz del PSOE está convencido de que si ahora hubiese de nuevo elecciones, el escenario político local sería diferente. Muy crítico con la gestión y con la relación del Gobierno con la ciudad, celebra al menos que algunos proyectos impulsados en el pasado se encue

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  • Francisco Lebrero, portavoz del PSOE

Regresar a la oposición con los guarismos que obtuvo el PSOE en mayo de 2011 ha de ser muy duro. Francisco Lebrero, su portavoz municipal, lo reconoce, pero eso no le hace perder de vista ni la labor que les corresponde en este mandato, ni la necesidad de reivindicar al Gobierno un mayor consenso para, entre todos, encontrar soluciones beneficiosas para Jerez.

—Ustedes criticaron la herencia de los gobiernos de Pacheco y ahora el PP critica la del PSOE, ¿cómo se acogen desde la oposición esas críticas?
—Es una cosa razonable. Cuando uno asume una responsabilidad en unas condiciones determinadas es normal hacer referencia a la situación que te encuentras, que puede no ser la que te esperabas. Eso se puede entender. Ahora bien, un año entero justificando la inoperancia, la falta de iniciativa, de proyectos, de ideas, de modelo, en lo que me he encontrado, es grave, y lo que es más grave, crispando a la sociedad. Una cosa es defender un modelo de gestión basándote en una realidad, y otra es no hacer nada justificándose en lo que me ha tocado. Lo que le ha tocado, lo sabían, y prometieron que lo arreglaban todo, que esto era una cuestión de credibilidad. Al final se ha demostrado que no.
—Hubo un momento en que usted llegó a quejarse de que incluso parecía que no podían ni hacer reclamaciones al actual gobierno. ¿Ha apreciado ese rechazo a nivel de la calle, de que la gente les achaque su responsabilidad en la gestión económica municipal?
—El PP ha intentado amordazar a la oposición. Nos han quitado nuestra falta de derecho y legitimidad para opinar. No estamos ante un estado natural, sino que su elección responde a la voluntad de los ciudadanos en un momento dado. El dictamen de mayo no nos gustó porque hubo aspectos de la gestión que no se tomaron en consideración, pero fue la decisión de los ciudadanos y es inapelable. A partir de ahí había tales expectativas de que por su mera presencia eso se iba a solventar, que es lógico que se nos haya criticado el que lo hiciésemos mal. Pero también es verdad que a medida que ha ido pasando el tiempo y la inoperancia se ha hecho más palpable, ya no es que nos digan que nosotros lo habíamos hecho mal o lo podíamos haber hecho mejor, es que nos dicen que con ustedes el trato era diferente, el respeto era más palpable, la prepotencia era menor si la hubiera, y qué pena que nos equivocamos, que no deberíamos haberle dado una mayoría tan grande. Esa creo que ha sido la evolución de la opinión pública en este año o lo que percibimos a través de personas y colectivos. Los habrá que sigan pensando igual que en 2011, normal, pero la opinión en general ha ido evolucionando conforme la realidad se ha ido evidenciando. Desgraciadamente, el gobierno del PP sigue negándole a la oposición la legitimidad de opinar, de ofrecer alternativas. Nos dicen “ustedes deberían de callarse”, pero por qué, si el dictamen ya lo emitieron los ciudadanos, ustedes no son jueces, ellos son actores igual que nosotros, con un nivel de responsabilidad y nosotros con el nuestro. Llegaron diciendo vamos a ponerlo todo en orden porque somos nosotros, y no se ha puesto nada en orden, la frustración ha crecido, la situación de la ciudad, y no nos gusta, ha empeorado, y si entramos en los temas demagógicos, como el paro…, se ha evidenciado mucho más grave. Proyectos que han denostado, como el polo aeronáutico, el PTA, ahora resulta que son estratégicos, ahora están descubriendo que eso estaba ahí.
—Habla de mordaza, pero mucha gente no entiende que en uno de los plenos más importantes de este año, el del anuncio del plan de ajuste, se levantaran en señal de crítica al Gobierno. ¿No hubiera sido más efectivo quedarse en el pleno y denunciar por qué estaban en contra de la medida?
—Hubo un primer plan de ajuste y lo debatimos. Y se utilizó todo lo utilizable para satanizar al PSOE, sin escrúpulos. En un segundo plan de ajuste, ofrecimos debatirlo y verlo. No es de recibo e incumple el reglamento del pleno, ya que no se le puede dar a la oposición tres folios horas antes. No hay nada que debatir porque no hay nada de lo que opinar. Es prestarse a asumir el papel de muñecote en un tiro al blanco, en el que todos los argumentos, todas las armas y toda la información la tiene el gobierno. Eso se llama adulterar el debate democrático en un pleno y los productos adulterados son tóxicos, y los productos tóxicos si se ingieren van contra la salud, y en este caso contra la salud democrático. Cuando hay algo contagioso, vírico y tóxico, lo lógico es retirarse un poco. Eso no quiere decir que no se quiera debatir, que no se quiera hablar, pero con las cartas. Si vamos a jugar y me tocan cinco cartas, dámelas, yo después veré cómo las juego, pero no me digas que no hay baraja y tú tengas las 40 cartas, eso no es correcto.
—¿Cómo ve Jerez en estos momentos?, sin caer en las comparaciones.
—Jerez está peor de lo que estaba, lamentablemente. Hay menos transparencia, menos información, más deformación de los temas, y no hay un norte, un modelo de qué queremos y cómo lo queremos y con quién lo queremos hacer. Los colectivos a medida que ven cómo todo se está evidenciando comienzan ya a reconocerlo. No hay diálogo fluido con los sindicatos, no existe esa participación, y se prometió, incluso con la oposición. Quieren que estemos callados y que nuestra única posición sea la de decir amén, y mire usted, amén en latín y en oficios religiosos, pero en política no hay amén, en política hay diálogo, debate, opiniones coincidentes o divergentes, y el amén no lo van a tener.
—Transcurrido un año, ¿esperaba algo más de este gobierno?
—Alicia en el país de las maravillas es un cuento, muy interesante, pero un cuento, y no por contarlo muchas veces se convierte en realidad. Y el cuento es tan grande que el programa electoral no aparece en su página web desde hace mucho tiempo. Para que no se vean las contradicciones, para no dar explicaciones. Ellos no son la solución de nada, y menos si no cuentan con una parte de la sociedad. Y lo que no se puede es supeditar todo el proceso político de Jerez al resultado de las autonómicas, eso es una deslealtad con Jerez que no tiene nombre. Lo han hecho y han fallado, y ahora qué hacemos, echar las culpas a la Junta, pues lo veremos. Antes la Junta iba a ser la salvadora y ahora el Gobierno va a ser la zarzamora, llora que llora.
—¿Destacaría al menos algo positivo de la gestión de este año?
—Lo positivo que ha tenido es que proyectos del gobierno socialista son proyectos estratégicos de este gobierno, ahí sí han sido leales con la ciudad, y proyectos del gobierno socialista que están inaugurando, que son buenos para la ciudad, se han puesto en marcha, y también forman parte de la herencia.
—¿Por qué se ha roto el convenio de Diputación?
—Porque todo lo que había hecho el PSOE estaba mal y había que borrar de la faz de la tierra toda nuestra gestión, y lo que quede tiene que estar satanizado. Es la única vía de perpetuarse en el poder municipal. Eso no es asumir una responsabilidad, es puro interés partidista.
—Usted es de los que se ha preguntado ¿por qué no se le ocurrió a Zapatero lo de los fondos ICO o cree que no es una solución?
—No es la solución. Que cobren, bien. Ya nosotros hicimos algo parecido con el préstamo sindicado, que también ha sido satanizado por este gobierno, y mira por dónde hacen lo mismo, pero más potente, porque donde eran unas condiciones a 20 o 25 años, son ahora a 8 años. La mensualidad o anualidad a pagar en 25 años es infinitamente menor que a 8 años. Y dentro de dos años nada más que de intereses hay que pagar 40 millones de euros. Esto es pan para hoy y hambre para mañana, porque pasados estos dos años de carencia, hay un interés partidista de querer llegar a las próximas elecciones municipales con un nivel de satisfacción de deuda que me permita llegar razonablemente bien, pero no he resuelto el problema. He salvado mis muebles, que son los que me interesan, no me interesa Jerez. Por eso no es bueno. De hecho, el convenio con Diputación lo que pretendía era dotar al Ayuntamiento de nuevos ingresos, garantizar una tesorería, y se suprimió. Se iba a arreglar con otros bancos, pero la convocatoria quedó vacía y hubo vuelta atrás. Y ahora estamos sin tesorería anticipada, con un seudo convenio con Diputación para solventar el quebranto económico ocasionado. No hay modelo, no hay idea, no todo es malo en este mundo, pero lo que sea bueno, manténganlo. Sentémonos a hablar y ver qué otras opciones hay posibles. Pero claro, al sentarse a hablar puedes darte cuenta de una cosa, que los demás tengan razón, y para no enfrentarse uno con esa posibilidad se elimina el diálogo y ya está.
—Ustedes también plantearon un plan de ajuste, ¿qué diferencias hay con el actual?
—Lo que ellos están poniendo ahora encima de la mesa es algo que criticaron en el anterior mandato. Nosotros propusimos un plan de reducción del gasto y se trató de consensuar con los sindicatos y en cierta manera era parecido, no digo coincidente, digo parecido. Hay que abordar la regularización de salarios, estructura… eso ya lo pusimos en marcha. El primero que habla de RPT es el PSOE, pero eso lleva su trabajo, su diálogo, y hay que racionalizarlo. Plantearse revisar el convenio y eliminar ciertos conceptos que el tiempo ha permitido ver que hay que ajustarlo, ya se planteó, pero siempre desde el diálogo, no desde el desprecio actual ante las manifestaciones realizadas que, afortunadamente para la imagen y la marca de Jerez ya no están, pero no están por responsabilidad de las personas, no porque esté resuelto el problema. Los que estaban en la puerta han entendido que el daño a Jerez era infinitamente más grande que el que se le hacía al gobierno, y responsablemente se han retirado. Los problemas siguen estando ahí y la gente sigue afectada por los problemas.
—Pero los recortes son necesarios e inevitables, ¿o no es así?
—Los recortes no son la solución de nada, pero siguen las consignas del gobierno central, porque el objetivo último es suprimir lo público y pasar a lo privado. Con recortes no se supera ninguna crisis. A lo mejor lo que hay que definir es el papel del Ayuntamiento en el conjunto de la sociedad y la economía jerezana. En su momento se creyó y se consideró como locomotora, pero cuando los tiempos han cambiado a lo mejor no tiene que aspirar a ser locotomora, sino a propiciar, incentivar, y no estorbar. Todos juntos podemos otorgarle al Ayuntamiento un valor y una credibilidad innegable, pero con broncas permanentes la marca Jerez no gana crédito, y eso es fundamental para que nadie salga corriendo. Pero para coincidir hace falta sentarse, escuchar, exponer, discutir diferencias, reforzar las coincidencias, pero eso no existe.
—¿Usted apostaría por la municipalización de determinados servicios?
—Nosotros no descartamos ninguno, y así lo hemos dicho en propuestas llevadas a pleno. Nosotros hemos pedido la municipalización del servicio de limpieza. En transporte apoyamos una propuesta para que se gestionara directamente desde el Ayuntamiento; eso sí, lo que también hemos pedido siempre es que no se descarte ninguna otra posibilidad. Tenemos que ir a lo más interesante. Unos podrán ser prestados directamente y otros a lo mejor hay que buscar fórmula intermedia, pero no descartemos nada. Analicemos todas las propuestas y apoyemos la más interesante para la ciudad. No hay problemas. El servicio de aguas, por ejemplo, nos parece absolutamente lógico que se preste desde el Ayuntamiento. El transporte, si se demuestra que es lo más rentable, tampoco tenemos problemas, aunque reconocemos la complejidad en este caso. En servicios sociales, igual, ya que éstos deberían ser prestados siempre desde lo público, ya que lo privado siempre está buscando legítimamente un interés, pues definamos el servicio público esencial, que va a la médula del estado del bienestar, y lo que pase a otro capítulo se hará con otra fórmula. Nos pueden decir, hace dos años no decían ustedes lo mismo, de acuerdo, pero hace dos años la situación no era la de hoy, y no podemos ser inmovilistas, hay que responder con los medios disponibles.
—¿Concesión del agua, empresa mixta o seguir como hasta ahora? 
—Seguimos defendiendo la gestión directa y pública del agua, sin paliativos. Es servicio básico y esencial y debe prestarse desde lo público, no desde lo privado, y no porque sea malo, sino porque los intereses son otros, y ahí está el caso de San Fernando, donde han subido las tarifas de manera sensible.
—¿Teme que el Ayuntamiento pueda terminar intervenido por el Ministerio de Hacienda o es solo una posibilidad más o menos remota? 
—El compromiso de no pagar dentro de dos años es un riesgo real. Los ingresos no van a subir en una proporción tan enorme que permita hacer eso. No va a subir y los compromisos de pago son muy altos. Según el plan, habrá que generar un ahorro anual de cien millones de euros. Si el presupuesto son 200, no salen los números. El riesgo es real. Que sería deseable, jamás. De todas maneras, hay cierta tendencia y alegría por parte del Gobierno central a amenazar con la intervención a todas las instancias políticas. Es la obsesión, a lo mejor aquí esa obsesión, como son coincidentes las siglas, no repercute en una amenaza constante, pero a lo mejor no le queda más remedio que intervenir. No nos gustaría que eso ocurriera y colaboraremos para que no ocurra, porque no es bueno, pero si quien tiene que ser ayudado no se deja será un problema.
—Supongo que ha sido un año muy duro para ustedes, tras la derrota en las elecciones, tras los anuncios de imputaciones, las acusaciones del Gobierno sobre el destino que se le dio a los fondos del Plan E... ¿cuál es el estado de ánimo actual del Grupo Municipal?
—El ánimo es bueno, pese a nuestra posición en la oposición, tras un resultado en las municipales tan contundente, y es cierto que cuesta, negarlo es absurdo, pero no hay desaliento ni frustración y se está haciendo el trabajo que entendemos que es el adecuado, intentando no crispar, porque se podría montar un pollo por cualquier cuestión y no es lo que la ciudad demanda en estos momentos, por lo que de manera responsable se mantiene una posición que a medida que avance el tiempo habrá que incrementarla, sobre todo si no hay una disposición del gobierno a hablar. Estamos confiados de que con el transcurso del tiempo se irá haciendo más palpable la oposición y se verán más reforzadas nuestras propuestas y nuestro modelo de ciudad, y al final lo someteremos al dictamen de los ciudadanos cuando toquen las municipales. Estamos convencidos de que habrá cambios, porque estamos seguros que el trabajo serio y leal con la ciudad nos llevará a una situación interesante y diferente a la actual.
—La conciencia, pues, ¿tranquila?
—La conciencia absolutamente tranquila. Cuando se trabaja de manera leal y correcta eso es lo que hay.
—¿Todo cambiará con la renovación de la ejecutiva local este verano?, porque da la sensación de que están haciendo tiempo para empezar desde cero...
—No ha sido compás de espera, pero cuando coinciden mudanzas en escenarios distintos en el tiempo puede dar una imagen distorsionada. Ha habido cambios en instituciones, en lo orgánico, y terminará en septiembre con la ejecutiva local. El trabajo del grupo es autónomo dentro del partido, que no se ve afectado por esos cambios de dirección con la renovación orgánica. El ámbito orgánico tiene la autoridad que tiene, pero el grupo municipal no se contamina del debate. Cuando esté la nueva dirección estaremos en la línea y estrategias que determine el partido y el grupo lo interiorizará y lo aplicará en el ámbito municipal, pero esté quien esté el grupo responderá a su responsabilidades con el PSOE y con la ciudad.

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