El nuevo dueño de Nueva Rumasa, Ángel de Cabo -quien junto a otros dos socios (Iván Losada y Fernando Lavernia) compró sociedades de Nueva Rumasa por 1 euro cada una-, ha asegurado que si José María Ruiz-Mateos quiere recuperar algunas empresas, tendrá que pagar por la inversión realizada en ellas.
Así lo ha indicado hoy en un comunicado la sociedad Back in Business -una de las sociedades que compraron una cincuentena de estas empresas- en el que se indica que en estos momentos se realiza una valoración de la inversión realizada (recursos personales y materiales) y que el comprador también tendrá que "reunir una serie de requisitos mercantiles e incluso judiciales".
En el comunicado, el equipo de De Cabo refleja que las due-diligence que realizaron (análisis de riesgo y situación que se realizan en una operación de compraventa) fallaron.
En este sentido, ha asegurado que "la situación real del Grupo Nueva Rumasa era notablemente peor de lo transmitido en el proceso de due-diligence, con grandes defectos de información".
Concretamente menciona el caso de que Dhul y Clesa, que supuestamente fueron vendidas a Fernando Lavernia y una de sus sociedades (Mundelca), en realidad habían sido donadas previamente a una fundación extranjera.
Precisamente Lavernia y su sociedad han interpuesto una querella contra los Ruiz-Mateos por este hecho, que aún no esta admitida a trámite.
En relación a la división hotelera, por la que se ha interesado Ruiz-Mateos, el comunicado explica que tras una situación de partida muy difícil, "a día de hoy está cumpliendo con todas las obligaciones laborales con los trabajadores, se ha recuperado la confianza de los tour-operadores, se ha restablecido el suministro por parte de los proveedores y se ha incrementado notablemente la ocupación".
