La empresa estadounidense Odyssey propuso ayer al Gobierno español llegar a un acuerdo sobre los derechos de propiedad del tesoro valorado en 500 millones de dólares, que afectaría también a otros países y a los descendientes de los propietarios de los objetos que transportaba el buque. El tesoro fue recuperado por los dos buques que Odysey mantenía con base de operaciones en Gibraltar, el Odyssey Explorer y el Ocean Alert. Las 500.000 monedas de oro y plata fueron enviadas por vía aérea desde Gibraltar hasta Estados Unidos. Un día después de remitir al Tribunal de Tampa (Florida) un informe de más de mil páginas en respuesta a otro presentado por el Gobierno español, el presidente de Odyssey, Gregory Stemm, afirmó que mantiene su esperanza en que Madrid acepte resolver "amigablemente" el contencioso legal. Además de España, el Gobierno de Perú ha reclamado los derechos de propiedad de las monedas de oro y plata encontradas por Odyssey en el fondo marino y que están valoradas en 500 millones de dólares (396 millones de euros). Igualmente, los descendientes de los comerciantes propietarios de las monedas y objetos de valor del buque hundido han expresado su interés en reclamar los derechos de propiedad sobre las monedas. El Tribunal de Tampa debe ahora decidir si acepta la moción del Gobierno español que reclamaba que todos los objetos recuperados están bajo la inmunidad soberana del Reino de España, cosa que Odyssey rechaza. La respuesta de Odyssey remitida el lunes incluye documentación e imágenes del fondo marino donde se encontró el tesoro y rechaza los argumentos presentados por el Gobierno español. Las pruebas de Odyssey indican que en el lugar donde se encontraron las monedas no hay nada que pueda identificar el barco que transportaba el tesoro ni restos humanos del naufragio, por lo que España no puede defender que el buque hundido es la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes. Stemm agregó que las piezas rescatadas del fondo del mar están esparcidas en una amplia área sin que haya pruebas del buque, ni si el hundimiento se debió a una tormenta, el resultado de una explosión o accidente. "Nada de lo recuperado o visto en la información recopilada del Black Swan confirma su identidad", asegura Stemm en la declaración firmada, al referirse al lugar en el que se encontraron las monedas que el Gobierno español aseguró que proceden de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. "El material recuperado del lugar del hundimiento pudo haber sido transportado por cualquier barco de esa época. Una identificación positiva del Mercedes no se puede hacer del lugar ni por los artefactos recuperados", agregó Stemm. En un comunicado difundido ayer, Stemm expresa su satisfacción por el volumen de las pruebas presentadas y destaca que todo ello "contradice las reclamaciones de los expertos españoles sobre el lugar" del hundimiento y que fue bautizado con el nombre Black Swan (Cisne Negro). En la moción legal presentada en el tribunal de Tampa el pasado 22 de septiembre, el Gobierno español sostenía que las pruebas son "abundantes y definitivas" y confirman que el barco del que Odyssey extrajo el tesoro es la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804, por lo que pedía el retorno del cargamento. La reclamación del Gobierno español agregaba que los restos de La Mercedes pertenecen a un cementerio marino y se encuentran protegidos por la Ley de Inmunidad de Soberanía Extranjera, un principio jurídico "absolutamente claro en EEUU" y el resto del mundo. El abogado estadounidense James Goold, que defiende los intereses de España, argumentó que "está muy bien documentado y es un hecho histórico" que La Mercedes, perteneciente a la Armada Española, se hundió tras entrar en combate con una fragata británica en aguas del Atlántico "con más de 250 españoles a bordo, entre marinos y ciudadanos". La vicepresidenta de Odyssey, Melinda MacConnel, rechazó hoy la pretensión del Gobierno español de asumir en su totalidad los derechos de propiedad del tesoro, sin considerar los "potenciales derechos de propiedad de otras partes". "Confiamos en que nuestra respuesta clarifique los hechos y el asunto legal y avancemos para determinar los derechos de Odyssey y de aquellos legítimos solicitantes", señaló MacConnel.
Claudio Bonifacio dice que el tesoro no puede ser de ‘Las Mercedes’
El investigador Claudio Bonifacio, cuya tesis recoge la compañía Odyssey Marine Exploration en el tribunal de Tampa (Florida, Estados Unidos) para rebatir la reclamación del Gobierno de España en cuanto a la titularidad del tesoro rescatado por la empresa en un pecio teóricamente en aguas del océano Atlántico, advirtió ayer de que la compañía ha usado "sólo una cara" de su trabajo de investigación sin mencionar que los navíos españoles ‘Real Carlos’ y ‘San Hermenegildo’ se habrían hundido en la zona donde Odyssey Marine Exploration declaró el hallazgo y que, de hecho, la entidad cazatesoros aún debe aclarar sus modificaciones en cuanto a las coordenadas exactas del descubrimiento. El investigador Claudio Bonifacio lamentó que ante el tribunal de Tampa Odyssey Marine Exploration "sólo haya mostrado una de las caras de la moneda" que constituiría su investigación, que a partir de una serie de documentos históricos del siglo XIX e incluso del Ministerio de Cultura portugués sitúa el hundimiento de la fragata española ‘Nuestra Señora de las Mercedes’ lejos del lugar donde la empresa estadounidense declaró el hallazgo de los vestigios, que sí podrían pertenecer a los navíos ‘Real Carlos’ y ‘San Hermenegildo’ debido a su naufragio en estas aguas allá por 1801. Este investigador afincado en Sevilla ratificó que los documentos históricos que obran en su poder aluden a la navegación de la fragata ‘Nuestra Señora de las Mercedes’ en aguas donde los tripulantes pudieron avistar el Cabo de Santa María, en la costa portuguesa y, tanto la referencia de cien millas náuticas al oeste del peñón de Gibraltar como la posterior de sólo cien millas aportadas por la empresa en cuanto al lugar del descubrimiento, no permiten el avistamiento de este hito geográfico, por lo que el pecio supuestamente expoliado por Odyssey Marine Exploration "no es y no puede ser" la citada nave de guerra de la Armada Española, hundida en combate el 5 de octubre de 1804, según explicó el investigador.