Antonio Sanz, exdelegado del Gobierno en Andalucía, realizaba ayer un llamamiento a la “prudencia” a la hora de abordar el fenómeno de la inmigración, “ya que es muy complejo y no se trata de una cuestión ideológica”, en alusión directa a todo lo acontecido en torno a los 630 inmigrantes rescatados al borde del buque Aquarius. En este sentido, recordó que solo el año pasado se logró rescatar a 18.000 personas en las costas andaluzas. “Se habla ahora de 630 personas en un barco, cuando eso es algo que hemos vivido todos los fines de semana en Andalucía”.
Sanz, que hizo estas declaraciones en una entrevista en el espacio A compás de Ondaluz TV -la primera concedida a un medio tras abandonar el cargo de delegado del Gobierno-, advirtió que “nadie venga ahora a decir que España ha descubierto la solidaridad, porque eso es ser injusto con los profesionales que vienen haciendo un trabajo muy importante durante muchos años”; a lo que añadió: “A algunos les parece una novedad lo del barco, pero todos los fines de semana se coordinan efectivos para socorrer a los inmigrantes que llegan a España, incluso cuando han llegado 1.200 en un fin de semana, y somos ejemplo internacional en el mundo”.
Además, hizo alusión a la “situación de desbordamiento” que se está viviendo con la llegada de menores. “La Junta lo sabe y por eso advierte al Gobierno central”, por lo que ha invitado al nuevo ejecutivo a que “escuche a los profesionales y los entienda, ya que no cabe la demagogia, ni buscar el efectismo sin analizar la situación, puesto que puede tener consecuencias peligrosas”.
Sanz también abordó en la entrevista otro de los problemas candentes en la provincia y sobre los que ha trabajado de manera intensa en los últimos meses: la lucha contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. El exdelegado del Gobierno dijo no conocer con detalle el nuevo plan integral anunciado por el ejecutivo socialista, aunque admitió que “si es para sumar, bienvenido sea. En cualquier caso, defendió la capacidad de respuesta dada al problema en los últimos meses. “Dije que los narcos caerían uno a uno, y hemos estado dando la guerra por tierra, mar y aire, y los resultados están ahí. Hay que tener en cuenta que no se trata solo de luchar contra el narcotráfico, sino contra el blanqueo de capitales, que es lo que sustenta el negocio, y eso implica desarticular organizaciones criminales muy complejas”.
Política
Antonio Sanz ha dejado la Delegación del Gobierno -le deseó “todo lo mejor” a Gómez de Celis-, pero no la presidencia provincial del PP, ni tampoco se mantuvo al margen, durante la entrevista, sobre el proceso de renovación que vive ahora el partido. Sobre este último aspecto señaló que “los militantes van a ser los protagonistas de la renovación a la hora de afrontar el nuevo liderazgo del partido”. Sanz no quiso decantarse por ningún candidato, aunque sí expresó que su elección no debe medirse “en edades, sino en capacidades”, así como también estableció que no se trata de acudir con una candidatura única o con varias, sino que el elegido “sea una persona que genere confianza para liderar el país, puesto que quien salga elegido como presidente nacional del PP será el próximo presidente del Gobierno”.
Sobre la moción de censura apuntó que “se ha creado un mal precedente, ya que hasta ahora existía el acuerdo tácito de respetar que gobernase quien ganara las elecciones, y habría que haber dado voz a los ciudadanos”.
Por lo que respecta a la situación del PP a nivel provincial, señaló que hay dos “retos” por delante con motivo de las municipales: recuperar alcaldías en ciudades importantes y, más aún, volver a gobernar en la Diputación de Cádiz, donde, por cierto, no se ve de presidente, descartando que vaya a participar en alguna candidatura a las municipales, ya que sus aspiraciones políticas van en otro sentido y no pasan por lo local. “La presidencia de la Diputación es el objetivo del partido, pero no es el mío personal”, apuntó durante la entrevista.
El peor y el mejor momento
De su etapa como delegado del Gobierno, Antonio Sanz conserva dos momentos trascendentales. El peor de ellos, cuando le tocó trasladar a los padres de Gabriel, el niño asesinado en Almería, que habían encontrado el cadáver y quién era la culpable. El segundo, satisfactorio, fue controlar el incendio en Doñana y poner a salvo la vida de muchas personas, pero subraya sobre todo el éxito de la unión entre administraciones. “Es un ejemplo inolvidable, porque juntos sumamos”.