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Jerez

Sánchez niega que hubiera tiendas 'intrusas' durante el Festival

La alcaldesa insta al comercio tradicional a "amoldarse" a los horarios del certamen

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  • Cursillistas durante el recién clausurado Festival de Jerez. -

La alcaldesa, Mamen Sánchez, negó ayer que en las dos semanas de festival hayan funcionado en el centro establecimientos al margen de la legalidad, respondiendo así a las críticas lanzadas desde asociaciones como Acoje.

“Se han recibido denuncias y se ha personado en estos negocios ante la Inspección de Trabajo, y no ha sido necesario levantar ningún acta porque todas las tiendas tenían licencia y los contratos de los trabajadores eran legales”, aseguró.

A partir de ahí, Sánchez instó al comercio tradicional a “amoldarse al ritmo del festival”, lamentando que sus horarios no se ajusten a lo que demanda el público que asiste a los cursos y espectáculos. A modo de ejemplo, la alcaldesa citó el caso de una artista que buscaba un establecimiento a las once y media de la noche y que finalmente gastó más de 700 euros en el que encontró abierto. 

La Asociación de Comerciantes del Centro de Jerez, Acoje, ha cifrado en media docena el número de tiendas especializadas de fuera de Jerez que se han instalado en locales comerciales del centro, en el entorno del Teatro Villamarta, durante las dos semanas que ha durado el Festival de Jerez. Una vez que este evento se ha despedido hasta el año que viene, estas firmas “intrusas”, denuncia Acoje, han desmontado su chiringuito y se han marchado, haciendo su agosto pero sin que los beneficios redunden en Jerez, a excepción del alquiler del local las dos últimas semanas. “El Festival de Jerez acabó el sábado y los locales ya están totalmente vacíos. Vienen a llevarse el fruto de lo que la ciudad genera estas dos semanas con productos vinculados con la temática del Festival”, lamenta la presidenta de Acoje, Nela García.

La representante de los comerciantes del centro advierte de que esta situación va a más, mientras que el Ayuntamiento sigue sin poner en marcha una normativa específica que limite esta situación por mucho que cada año Acoje se anticipe denunciándolo antes del evento. Tal y como apunta García, se trata de  tiendas especializadas en el sector del flamenco “que no solicitan licencia de apertura y no tienen ningún tipo de permiso de la administración”. No entienden que a estas alturas el Consistorio “no tome cartas en el asunto” y “no les ponga trabas” para que su paso por la ciudad también aporte a la economía local, “porque ni generan empleo ni sinergia de economía en la ciudad”.

A la par, echan en falta que se visualice más el comercio relacionado con el flamenco “que lleva aquí todo el año”.  Para ello, proponen iniciativas como habilitar un estand en el interior del Villamarta para exponer sus artículos o recibir más promoción a lo largo del año para que su oferta llegue a los casi mil cursillistas que se reúnen en Jerez estos quince días. Hasta ahora, sólo les consta el caso de una firma de calzados y complementos que vino para 15 días y se quedó en la calle Francos. Ya lleva tres años, pero es un caso aislado que por desgracia no se da.

En este sentido, en Asunico, donde son conscientes de que “a nadie le gusta que te abran una tienda quince días”, creen que otra opción sería “convencerlos” (a estos negocios “intrusos”) de lo que puede mover la industria del flamenco durante todo el año “para que se queden” siempre que no lo hagan al margen de la legalidad. Por su parte, la hostelería  ha sido la gran beneficiada de los visitantes, por año más fieles, que mueve esta convocatoria anual, que ha encontrado además un aliado de excepción que no acompañó el pasado año: un iempo primaveral en pleno invierno. 

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