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Las Angustias evoca el pasado en el Vía Crucis de las hermandades

La dolorosa del Domingo de Ramos ocupó un antiguo palio del XIX, en una estampa difícilmente repetible

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La celebración del Vía Crucis de las Hermandades permitió en la jornada de ayer la evocación de estampas propias de la Semana Santa del siglo XIX gracias a la propuesta estética que planteó la Hermandad de las Angustias, cuya imagen titular presidió este tradicional acto piadoso por segunda vez en su historia. El conjunto que componen la Santísima Virgen y el Cristo Yacente ocupó un antiguo palio cedido para la ocasión por la Hermandad de los Dolores de La Puebla de Cazalla, completado con unos respiraderos de la Hermandad de la Vera Cruz del mismo municipio sevillano.

La presencia de la Virgen de las Angustias bajo palio ya llamó la atención este pasado domingo en el interior de la capilla, pero sin duda alguna ganó enteros en la calle. La mayordomía de la hermandad del Domingo de Ramos completó un armonioso conjunto con cera tiniebla en la candelería y un delicado exorno floral en tonos morados y malvas. Realzó la singularidad del conjunto una amplia capilla musical que incluyó la presencia de diez escolanos, cuatro voces adultas y cuatro ministriles.

El cortejo partió camino de la Catedral sobre las seis menos cuarto de la tarde, hora a la que había perdido intensidad la fuerte brisa que caracterizó a la jornada de ayer. La comitiva tomó por Molineros, Ramón de Cala y Barja, haciéndose presente ante la parroquia de San Miguel para, una vez allí, bajar por Santa Cecilia hacia Conde de Bayona y Alameda Vieja.

La Virgen de las Angustias se presentó en la Catedral cuando faltaba un cuarto de hora para que dieran las ocho de la tarde. Ángel Hortas interpretó al órgano la marcha Al pie de la cruz, que Germán Álvarez Beigbeder dedicara a la dolorosa cuando apenas había cumplido 17 años. Inmediatamente después se iniciaría el rezo y meditación de las catorce estaciones del Vía Crucis, en cuyo desarrollo cobró un papel protagonista la Capilla Musical Catedralicia, que contó con la presencia del tenor Manuel de Diego. La formación que dirige Ángel Hortas interpretó música de Rossini, Bach, Serrano o Rheinberger, entre otros autores. 

El deán de la Santa Iglesia Catedral, Antonio López, excusó la presencia del obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, que se encuentra estos días participando en un encuentro de la Conferencia Episcopal Española.

Finalizado el Vía Crucis la Virgen de las Angustias dejó en el regreso a su capilla una amplia colección de estampas propias del pasado, adentrándose en rincones del centro inéditos en su itinerario habitual, como Pozuelo o Latorre, y o en otros más clásicos como Consistorio o Corredera.

 

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