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Jerez

La despedida que hubieran merecido

El pintor jerezano Juan Lucena homenajea a los ancianos víctimas del covid-19 en una de sus obras, de la que vende reproducciones con fines benéficos

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  • Juan Lucena ante su obra conmemorativa -

Hacer de la tristeza una forma de belleza esuna virtud reservada para los buenos talentos.Es lo que ha logrado en una de sus obras el pintor jerezano afincado en La Barca de La Florida, Juan Lucena. Tan solo unos días después de que se decretara el Estado de Alarma asistía –como todos-, impotente a la triste despedida que han recibido los miles de fallecidos a causa del covid-19 en España, entre ellos un alto número de ancianos quienes han soportado la soledad en los últimos días de sus vidas. 

Por eso, a finales del mes de marzo el artista no dudó en coger sus pinceles y ponerse manos a la obra para homenajear a todas las víctimas que se ha cobrado la mayor pandemia sanitaria de la historia reciente. A base de quitar y añadir elementos, el resultado final fue ¿Qué haremos sin ellos?, un cuadro de 150x120 cm, pintado sobre lino, manchado en acrílico y terminado en óleo.

La composición muestra a un grupo de niños detrás de un cristal de metacrilato-tal y como debemos comunicarnos en la llamada nueva normalidad- que se despiden de sus abuelos. Los ancianos, a su vez, van caminando hacía un túnel iluminado y uno de ellos, una mujer, mira hacia los pequeños.

“La señora volviéndose indica todo lo que dejan atrás los abuelos que han fallecido en una tremenda soledad. He querido hacerles un homenaje a todos aquellos ancianos que no han podido despedirse de sus seres queridos, especialmente de sus nietos a los que muchos han criado”, confiesa Lucena mientras observa la pintura en su taller de la barriada rural de Cuartillos. Además, la obra incluyeotros elementos; a la derecha un buitre que, según al artista jerezano, presagia la muerte y un sanitario inacabado a la izquierda que asiste con impotencia -tiene las manos en la cabeza-, a esta triste despedida.

Fue el pasado 6 de mayo, más de un mes después de haberla finalizado, cuando el propio Lucena decidió colgar en sus redes sociales una fotografía del cuadro, tal y como acostumbra a hacer con sus trabajos. Tras esta publicación la pintura ha alcanzado una alta popularidad. Ha sido compartida más de tres mil quinientas veces y ha recibido más de cuatrocientos comentarios en Facebook. “Siento que tu pintura se escucha en el alma de todos”, “soy una nieta que ha perdido a su abuelo por este maldito virus y ha conseguido usted emocionarme como nadie” o “precioso homenaje a todas las vidas que este virus ha arrebatado”, son algunos de los mensajes que ha recibido el artista.

 

Espacio reservado al reproductor de vídeo

“El impacto ha sido muy grande y el primer sorprendido soy yo. Hay personas que incluso me han escrito para decirme que la anciana se parece a su madre o a su abuela”,asegura Lucena, quien ha aprovechado esta gran repercusión para vender reproducciones de la obra con un fin solidario.

Ha decidido realizar una serie limitada de doscientas reproducciones de la pintura cuyos beneficios serán donadospor el autor de manera íntegra a la lucha contra el covid-19 o a la investigación de la vacuna. Las reproducciones, de 40x50 cm, están impresas en papel de algodón y con tinta de alta calidad. Su precio de venta es de 150 euros y cada una de ellas está firmada y cuenta con un certificado de autenticidad.

Hace apenas unos días que ha comenzado a enviar las primeras láminas a sus destinatarios. Ya tiene más de cien reproducciones reservadas de distintos puntos delpaís y fuera de España. “Tengo muchas reservas de Madrid,pero también tengo que enviarlas a Canadá, Irlanda o México”. Lo que tiene claro el jerezano es que el original, por ahora, no está en venta. “En principio no tengo intención de venderlo y permanecerá en mi casa” indica Lucena para quienesta pintura ha supuesto un punto de inflexión de su carrera. “Todo pintor trata de transmitir y sensibilizar al espectador. El listón me lo he puesto muy alto y ahora veo muy difícil que una obra llegue a impactar tanto como ésta. Creo que eso se da en muy pocas ocasiones”. De hecho, no ha vuelto a pintar desde que culminó este trabajo. “Empecé un par de cuadros pero me quedé parado porque tuve la sensación de que no contaban lo que tenían que contar. Espero reciclarme, retomar mi búsqueda y conseguir la inspiración”, sentencia consciente de que ha ilustrado la despedida que nuestros mayores se hubieran merecido.

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