Joaquín Caparrós es un derroche de vitalidad, de energía, a simple vista parece un hombre nervioso, permanentemente inquieto, pero en el fondo se trata de una persona sosegada, reflexiva: de un estudioso del fútbol y de los libros. Hace algunos años terminó la carrera de Periodismo. Llegó a Huelva en 1996 desde el Moralo a un Recreativo extraviado en Segunda B, ascendió al equipo a Segunda, y puso los cimientos del gran Recre, el mejor de la historia, que militaría cuatro temporadas en Primera. Caparrós, en muchas cosas, se adelantó a su época. Exigía a los jugadores del Recreativo “energía”, es decir, lo que ahora unos y otros llaman intensidad. Y era desde la banda un aluvión de gestos, de gritos, de aspavientos, mientras mascaba chicle como si lanzara bocados, en una época, todavía, de entrenadores inmóviles, sentados en el banquillo. Diseñaba entrenamientos extenuantes, porque defendía la idea de que la Segunda B exigía idéntico rigor físico que la Primera División, y que la única diferencia existente entre ambas categorías era lo que él llamaba “la clase” de los futbolistas, que siempre podía mejorarse. Rápidamente se percató de que sobre el césped necesitaba un futbolista que fuera una extensión de sus ideas, que ordenara a los compañeros mientras rodaba el balón. Y lo encontró en un chico de Lepe, un defensa central alto, con el pelo largo y rizado entonces, y unas espaldas de peso pesado: Luciano Martín, Luci. Caparrós y Luci quedaron a comer después de un entrenamiento, y ahí arrancó una relación profesional que se mantiene 20 años después.

Joaquín Caparrós firmó el martes por Osasuna, y como segundo entrenador lleva a Luci, su amigo de toda la vida. En un partido en el viejo Colombino, en junio de 1998, Luci, enorme, llegó dando saltos al banquillo para abrazarse a Caparrós, el estadio desbordante de alegría, cuando el Recre acababa de ascender a Segunda A, gracias al gol de Cuyami, en su pugna con el Barakaldo.

No resulta descabellado pensar que Joaquín Caparrós ha podido ser un seleccionador nacional sensacional. Pero este miércoles ha entrenado por primera vez a Osasuna, su nuevo reto. Caparrós dijo el martes en la sala de prensa de El Sadar, para incentivar la moral en sus filas: “Osasuna tiene la mejor plantilla de España”. De lo que no cabe duda es que Osasuna tiene a uno de los mejores entrenadores de España: Joaquín Caparrós.