En el último programa de La Pasión, el padre Romero Padilla profundizó en los protocolos que se activan en el Vaticano tras el fallecimiento del Papa, un proceso cargado de simbolismo que marca el inicio del periodo de sede vacante.
Romero Padilla explicó que, una vez certificada la muerte del Sumo Pontífice, se inicia de inmediato un protocolo riguroso. “Cuando el Papa fallece y se certifica la muerte, inmediatamente se activa este protocolo de lacrar la habitación del Papa y romper el anillo”, señaló. Además, aclaró que todos los cargos de la curia romana cesan de manera automática, salvo tres excepciones: el Camarlengo, el penitenciario mayor y el Vicario general para la diócesis de Roma.
Esto no implica que la maquinaria vaticana se detenga por completo, pero sí que se limita su capacidad de actuación. “No se puede tomar ninguna decisión importante, y San Juan Pablo II decía que no se podía entrar en negociaciones para perder algunos de los derechos de la Iglesia”, explicó el sacerdote, recordando la postura firme del pontífice polaco en esta etapa transitoria.
Romero Padilla detalló también algunos de los rituales que se desarrollan durante esta “situación de orfandad” del Colegio Cardenalicio. Indicó que actualmente se sellan tanto las habitaciones papales en el Palacio Apostólico como las privadas, permitiéndose la permanencia de los secretarios personales solo hasta el día del entierro.
Uno de los gestos más simbólicos del proceso es la destrucción del anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio. “Se destruye el anillo del Pescador, que de hecho se pueden ver algunos en los Museos Vaticanos, mientras que otros se invalidan”, comentó, dando muestra de la dimensión histórica y espiritual de este momento.
Vuelve a ver la entrevista en el último programa de La Pasión.
