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La Pasión

Un solo Cristo, una sola representación: la iconografía introducida por el "provisor"

La Iglesia impuso desde el siglo XVI modelos fijos para representar a Cristo y la Virgen, evitando variaciones entre imágenes

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¿Por qué tantas imágenes de Cristo del barroco sevillano se parecen entre sí? Esta fue una de las claves abordadas en el último programa de La Pasión, donde el profesor Andrés Luque Teruel explicó cómo la Iglesia impuso, desde el siglo XVI y a través de la figura del provisor, un modelo iconográfico uniforme para representar a Cristo, la Virgen y otros santos.

La normativa se basaba en el concepto de “decoro”, una exigencia de fidelidad iconográfica que garantizaba que cada figura sagrada fuera reconocible y coherente. “Si es San Pedro, tiene que tener pelo corto y rizado, y llevar una llave. No puede aparecer con melena ni con otros símbolos”, explicó Luque Teruel.

Estas reglas se intensificaron en los siglos XVII y XVIII, cuando se buscaba evitar interpretaciones distintas de una misma figura sagrada. Por ello, escultores como Juan Martínez Montañés, Francisco de Ocampo, Juan de Mesa o Pedro Roldán trabajaban sobre modelos aprobados por el provisor eclesiástico. “La mentalidad era que Cristo tenía que ser siempre el mismo”, añadió el experto.

Un ejemplo de ello es la similitud entre el Cristo de Santa Cruz, obra muy probable de Pedro Roldán, el Cristo de la Caridad y el Cristo de la Expiración de Ruiz Gijón, todos realizados bajo un mismo patrón físico. Incluso en imágenes del Niño Jesús o de la Virgen niña se respetaban modelos establecidos, aunque en ocasiones se tomaran referencias del natural, como hizo Velázquez con una nieta.

No te pierdas el último programa de La Pasión.

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