Tras un año hidrológico tan húmedo como el que hemos vivido no es de extrañar que las clásicas referencias que normalmente escuchamos sobre la falta de agua y la sequía estén siendo sustituidas por valoraciones en relación a las inundaciones y a las fuertes lluvias. Ambos fenómenos meteorológicos conviven en nuestra cuenca hidrográfica, siendo parte fundamental del clima mediterráneo que nos caracteriza.
El año hidrológico 2012-2013 ha sido excepcionalmente húmedo. Las precipitaciones recogidas han superado en más del 50% la media de un año normal, resultando especialmente intensas durante los meses de noviembre y de marzo, en los que se han triplicado y quintuplicado los valores históricos respectivamente.
Las fuertes lluvias de primavera provocaron situaciones delicadas en algunos núcleos cercanos al cauce del Guadalquivir como Mogón, La Ropera y San Julián, en Jaén; en Alcolea y la urbanización de Guadalvalle, en Córdoba, así como en diferentes puntos del río Genil como Cuevas Bajas, Jauja y Badolatosa.
Conscientes de esta realidad, desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir hemos decidido impulsar soluciones para mejorar la gestión de las inundaciones y responder a las necesidades existentes a lo largo de toda la cuenca. Para ello, desde la CHG estamos desarrollando una doble estrategia, complementando la planificación con la inversión.
El Comité de Autoridades Competentes del Guadalquivir ha aprobado el estudio preliminar en el que se identifican hasta 109 áreas de riesgo de inundación en la cuenca. Así, se ha dado un importante paso en el proceso de elaboración de los planes de gestión de inundaciones, que deberán estar aprobados en el año 2015. El objetivo final es identificar los puntos más delicados para lograr una actuación coordinada de todas las administraciones y de la sociedad a fin de mejorar la ordenación del territorio y reducir las consecuencias negativas de las inundaciones.
Concretamente, en la provincia de Sevilla se han identificado 20 áreas de riesgo que se extienden a lo largo de 186 Km. Estos puntos se engloban en la zona del Bajo Guadalquivir-Campiña Sevillana, una zona en la que predomina una topografía plana donde ocasionalmente se registran precipitaciones locales muy intensas y de corta duración. Por otro lado, también se han identificado como puntos de riesgo las localidades ribereñas situadas en las márgenes del río Guadalquivir como, por ejemplo, Sevilla, Peñaflor y Alcalá del Río y el término municipal de Écija, junto al río Genil.
De forma paralela, desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir estamos llevando a cabo una ambiciosa intervención para la mejora de nuestros cauces, aumentando su capacidad de desagüe y la recuperación medioambiental de sus márgenes. El buen estado de nuestros ríos es siempre una apuesta segura en la defensa contra las posibles inundaciones. Para ello, la Confederación ha desarrollado 29 actuaciones en 29 términos municipales sevillanos, lo que ha supuesto una inversión de 1,25 millones de euros.
A su vez, se han puesto en marcha actuaciones de mayor entidad, que suponen una inversión de,aproximadamente, 2 millones de euros en las localidades que resultaron especialmente afectadas durante los episodios de inundaciones de la pasada primavera, como fueron Badolatosa, Écija o La Puebla de Cazalla. Y, por último, hemos reactivado una actuación que es fundamental para la defensa de inundaciones del arroyo Almonázar, en el núcleo urbano de San José, en La Rinconada. Una actuación que no llegó a finalizar la Junta de Andalucía cuando ostentó las competencias y que no podía seguir esperando más.
En definitiva, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir está trabajando en su compromiso con la ciudadanía para paliar los efectos de las inundaciones y promover un desarrollo territorial más sostenible en el que se impulsen actuaciones integrales que mejoren la convivencia entre la ciudadanía y su patrimonio natural, nuestros ríos.