El presidente del Gobierno visita hoy jueves el Vaticano para mantener su primer encuentro oficial con Benedicto XVI desde que fue elegido Papa. Entre los temas que el presidente ha incluido en la agenda de trabajo se encuentra el anteproyecto de Ley de Libertad Religiosa que prepara el Ejecutivo español, la crisis económica y la situación de Cuba. A estas alturas, el Papa ya debe saber que el Gobierno no anda muy católico, por lo que uno no sabe si terminará recibiendo a Zapatero como quien recibe a un feligrés que acude a confesarse o, simplemente, se limitará a darle unos cachetillos cariñosos, como los que se les da a un niño pequeño en plan de media regañina: que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. No creo que el atrevimiento vaya más allá y que al Papa le dé por preguntarle a ZP si ha marcado con una “x” la casilla de la Iglesia en su declaración de la Renta. Claro que a Ratzinger tampoco le haría gracia que el presidente le pregunte por otras cuestiones delicadas de su clero.