Un camino lleno de fechorías

ESTA noche se representa en el Teatro Villamarta de Jerez la segunda función de la ópera Macbeth, compuesta por Giuseppe Verdi en 1846. El libreto está inspirado en el Macbeth de William Shakespeare, publicado por primera vez en 1623, quien a su vez se basó en los hechos acaecidos en el reino de Escocia a mediados del siglo XI. Si me remonto tan atrás en el tiempo es para corroborar lo poco que han cambiado las cosas en los diez siglos transcurridos desde entonces, al menos en lo referente a la desmedida ambición de algunos por alcanzar, no ya la corona, sino el poder en cualquiera de sus formas.

---

La Lady Macbeth de Verdi canta en su primera aparición: “Eres de espíritu ambicioso Macbeth. Anhelas la grandeza, ¿pero tendrás la suficiente maldad? El camino que conduce hasta el poder está lleno de fechorías y mal lo tiene quien marcha vacilante y retrocede”.
Se me vienen a la mente las imágenes de muchos políticos, sin responsabilidades de gobierno, que se exceden a diario en sus manifestaciones públicas con tal de desbancar a quien sea del preciado sillón; también las de aquellos otros que sí ostentan el poder y hacen todo lo posible por aferrarse al mismo sillón que anhelan otros. Pero también me acuerdo ahora de otros políticos a los que no les gusta la cultura, no les atrae, o la confunden con comprarle a sus hijos por Navidad el disco de High School Musical o el último Harry Potter. En el fondo, no es que no aprecien la cultura, lo que no les gusta o les perturba es que a la gente sí le guste la cultura, o que pueda ir a la ópera y escuche decir esas cosas a Lady Macbeth, no les dé por pararse a pensar, buscar paralelismos con la realidad, atar cabos y alimentar sospechas. Mucho menos si todo coincide en la misma semana en la que los españoles reconocen que crece su preocupación por la clase política y la corrupción.