Un imperioso Málaga compra el champán de la permanencia (1-0)

Publicado: 03/05/2025
Partidazo con mayúsculas de los blanquiazules, que se impusieron a un flojo Granada gracias al solitario gol de Antoñito Cordero de penalti
Falta muy poquito para que el Málaga pueda descorchar el champán de la permanencia. Con 49 puntos se ha logrado muchas veces la salvación. Con uno o dos más, los casos de descenso son difíciles de recordar.

Los costasoleños, en línea ascendente tras la victoria de la semana pasada ante el Castellón, lograron una victoria de quilates ante uno de los mejores equipos de la categoría como es el Granada. El único gol del partido lo logró Antoñito Cordero de penalti, pero pudieron ser unos cuantos más.

El conjunto blanquiazul se mostró serio en los primeros compases del partido. La presión alta nazarí no fue un impedimento para buscar la salida de balón desde atrás, especialmente por la banda de Murillo.

Arriba, David Larrubia demostró seguir con la flechita hacia arriba, siendo la referencia en todas y cada unas de las acciones ofensivas del conjunto local. Un inicio igualado en el que, si hubiera que elegir qué equipo se mostraba más cómodo, ese era el Málaga.

Chupete tuvo una muy clara tras un saque de esquina que le pilló completamente solo en el corazón del área, pero su cabezazo terminó en las manos de Diego Mariño.

El propio Chupe comenzó a soltarse con el paso de los minutos, hasta el punto de que cometió un penalti de delantero listo. Se internó en el área, intentó un pase de la muerte que dejó un defensa muerto en el corazón del área. Se adelantó a Loïc Williams, quien lo zancadilleó.

La responsabilidad de la pena máxima la asumió Antoñito Cordero, mientras que la afición pedía a gritos al propio Chupete como lanzador. Finalmente, el jerezano engañó perfectamente a Mariño y puso el 1-0 en el electrónico.

El gol no sentó nada bien al equipo rojiblanco, todo lo contrario respecto a un Málaga que se creció. Los de Martiricos buscaron con ahínco el 2-0, ante un rival incapaz de articular cierto criterio en su juego, más allá de un Gonzalo Villar que se encontraba demasiado solo en esta faceta.

Boyé despejó prácticamente sobre la línea un centro de Cordero envenenado. Antoñito tuvo un par antes de terminar el partido. Se llegó al descanso con la sensación, por parte de ambas aficiones, de que el resultado era corto visto lo visto.

Fran Escribá dio entrada a Borja Bastón (recibido con una sonora pitada) en detrimento de Hongla, buscando mayor presencia ofensiva. No obstante, fue el Málaga el que continuó dominando. Murillo tuvo una clarísima dentro del área, tras un centro desde la esquina, pero su alma de defensa le hizo mandarla a la grada.

El 2-0 estaba más cerca que el empate. Chupe se perfiló bien fuera del área para sacar un tiro con efecto que no fue el segundo tanto malaguista por la gran intervención de un Mariño que estaba siendo el mejor de los suyos.

Hasta Luismi tuvo ocasión de prolongarse al área y disparar, aunque decidió pasarla al lado. Llegado el minuto 61', el colegiado cometió un error de bulto que pudo marcar el devenir del partido.

Lobete encaró a dos defensas granadinistas, sin nadie más alrededor. El primero de ellos le hizo una falta de la que el extremo logró resarcirse. Como empuje se llevó el balón, hasta el punto de plantarse completamente solo ante el portero rival. Sin embargo, el colegiado señaló la falta previa de Tsitaishvili. Minutos después, el ex de la Real Sociedad chutó desde larga distancia tras una gran jugada personal. Eran sus mejores minutos del partido.

Pese a todo, el Granada también tuvo las suyas. Ricard Sánchez se internó en el área y logró un centro-chut ante el que tuvo que intervenir magníficamente Alfonso Herrero.

Las entradas de Puga y Víctor García le dieron mayor consistencia a las bandas de un equipo que no parecía dispuesto a soltar su preciado botín. 

Rahmani desperdició una ocasión clarísima de lograr el segundo, con un disparo a las nubes. Lo volvió a intentar el marroquí instantes después con un derechazo que, esta vez sí, se marchó rozando la escuadra.

Poco importó, pues la victoria ya no se le iba a escapar al Málaga. Tres puntos de oro que, a falta de lo que haga el Eldense, dejan a los de Pellicer nueve por encima del descenso. El champán ya está comprado y parece cuestión de días que se descorche.

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