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Málaga

La 'Línea 105' marca su casilla de salida

Una iniciativa pionera a nivel nacional muestra la labor social de la Diócesis de Málaga a través de un recorrido en autobús

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  • La Diócesis de Málaga recorrió diferentes centros de la ciudad. -
  • Los participantes visitaron centros de acogida, parroquias y colegios para conocer de cerca el compromiso eclesial
  • El ecónomo diocesano, Marcos Balboteo, destaca la importancia de visibilizar estas acciones para fomentar el apoyo ciudadano

Este miércoles 28 de mayo, la Diócesis de Málaga se ha unido a una iniciativa pionera a nivel nacional bajo el nombre de 'Línea 105', una ruta en autobús especialmente diseñada para dar a conocer algunas de las acciones más significativas que la Iglesia católica lleva a cabo en la ciudad. El nombre del proyecto alude de manera simbólica a la casilla 105 de la declaración de la renta, que permite a los ciudadanos destinar un pequeño porcentaje de sus impuestos al sostenimiento de la Iglesia. Lo que podría parecer un simple gesto administrativo, se convierte en este recorrido en algo mucho más tangible: rostros, historias y proyectos que acompañan a miles de personas en situaciones de vulnerabilidad, exclusión o necesidad.

La actividad fue organizada por la Oficina para el Sostenimiento de la Iglesia de la diócesis y reunió a un grupo de ciudadanos que subieron al autobús con el objetivo de conocer de cerca cómo se concreta el compromiso social de la Iglesia malagueña. A lo largo de toda la mañana, el grupo realizó paradas estratégicas en distintos puntos de la ciudad, donde fueron recibidos por responsables de cada proyecto y algunos de sus beneficiarios, quienes compartieron testimonios cargados de emoción y realidad.

Un viaje por la esperanza

La primera parada fue la Casa del Sagrado Corazón, conocida popularmente como 'El Cotolengo', una institución religiosa que acoge a personas sin hogar, enfermas, mayores o sin vínculos familiares, ofreciendo no solo alojamiento y cuidados, sino también una comunidad. Las hermanas encargadas del centro explicaron que su labor es posible gracias a la generosidad de muchas personas y a la fe que guía su día a día: “Aquí tratamos de ver a Cristo en cada uno de ellos. No tienen nada, pero para nosotros lo son todo”, señalaron.

El itinerario continuó hacia el centro de mayores y enfermos de la Amargura, gestionado por la Fundación Corinto y Cáritas. Allí, los visitantes pudieron comprobar cómo la soledad de muchos ancianos se combate con escucha, atención médica, acompañamiento y cariño.

La siguiente parada fue la parroquia de San Pablo, situada en el corazón de uno de los barrios más históricos y diversos de la ciudad, donde se puso en valor el trabajo que realiza Cáritas parroquial, organizando reparto de alimentos, talleres de formación laboral, ayudas económicas y apoyo a familias en riesgo de exclusión.

En el distrito de La Palmilla, uno de los más desfavorecidos de Málaga, los participantes fueron recibidos por la comunidad de religiosos Trinitarios, quienes trabajan con migrantes, exreclusos y personas sin recursos, acompañándolos en procesos de reinserción social y espiritual. 

La ruta finalizó en el colegio diocesano Cardenal Herrera Oria, donde se desarrolla un Programa de Transición a la Vida Adulta con jóvenes que tienen necesidades educativas especiales. Profesores, orientadores y alumnos explicaron cómo se preparan para desenvolverse en la vida laboral y social, con un enfoque integral y personalizado. 

Más allá de cifras o balances económicos, lo que quedó patente durante la visita fue una red humana de entrega, vocación, fe y compromiso que sostiene a miles de personas en silencio, lejos de los focos mediáticos.

El ecónomo de la Diócesis de Málaga, Marcos Balboteo, acompañó parte del trayecto y subrayó la relevancia de esta experiencia como forma de concienciación social:

Este viaje demuestra que marcar la casilla 105 no es un simple trámite, es una manera real de cambiar vidas. La Iglesia es mucho más que templos: es atención a los mayores, es comida para el que no la tiene, es acogida al que llega sin nada, es esperanza para quien ya no la encuentra”.

"Queremos que más gente conozca nuestra labor, la valore y la apoye. Con iniciativas como esta es más fácil hacerle llegar a la sociedad la labor que en la que se puede colaborar con un simple gesto como marcar la casilla 105 en la declaración de la Renta", agregó.

La jornada concluyó con un aperitivo en la Casa Diocesana de Málaga y un ambiente generalizado de satisfacción y emoción entre los participantes.  La 'Línea 105' no solo ha recorrido calles, sino que ha trazado un mapa emocional y espiritual de una Iglesia que, en silencio, llega donde otros no llegan.

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