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Las medidas de ahorra hacen efecto, Málaga reduce el consumo de agua un seis por ciento

Publicado: 04/06/2025
La estrategia contra la sequía implantada por el Ayuntamiento hace posible obtener un tercio menos de agua de los embalses.
La gestión “ejemplar” del Ayuntamiento de Málaga, a través de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), ha permitido reducir el consumo de agua potable, junto a la colaboración ciudadana, un 6 por ciento durante los dos últimos años. “Todo ha sido fruto”, ha dicho la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, de una estrategia “bien planificada” que ha girado en torno a tres ejes “fundamentales”: Optimización de las redes, búsqueda de recursos alternativos o la potenciación del uso de aguas regeneradas.

Con respecto a la optimización de las redes, realización “más de mil actuaciones, 500 reparaciones de fugas y una regulación de presiones”, que han permitido reducir en un 2,6 por ciento el agua total distribuida desde los depósitos en 2024 (1,1 Hm3). El resto del ahorro procede de la mayor concienciación ciudadana y de la reducción en otros usos como riego de zonas verdes y limpieza viaria.

La potenciación del uso de aguas regeneradas se hizo a través de proyectos como el impulsado en colaboración con la Diputación y el Ayuntamiento de Torremolinos para ampliar la capacidad de tratamiento terciario de la depuradora del Guadalhorce para el riego de instalaciones de la zona oeste de la ciudad y de Torremolinos.

En la búsqueda de recursos alternativos a los embalses se han puesto en servicio “distintas baterías de pozos”. Por un lado, las aguas subterráneas de los pozos de Fahala y Aljaima, puede llegar a dar “hasta el 20 o 25 por ciento”; y por otro, las aguas superficiales captadas en el azud de Aljaima, que permite bombear y tratar en la potabilizadora de El Atabal parte del caudal del río Guadalhorce poco después de su confluencia con el río Grande y que durante tres meses de 2024 “fue suficiente para abastecer la ciudad y no tuvo que usarse el agua embalsada”.

Con “todos estos recursos alternativos”, ha dicho Gómez, “pudimos preservar hasta un tercio” del agua de los embalses y “pudimos no hacer cortes en la ciudad de Málaga”.

Además, en el bajo Guadalhorce hay “seis pozos” que podrían suministrar “el 50 por ciento de lo que consumimos al año” tras su puesta en marcha prevista para julio de 2025: “Se van a mantener siempre en servicio”.

A lo largo de 2024, la empresa dependiente del Área de Sostenibilidad Medioambiental distribuyó desde los depósitos a las redes de abastecimiento de la ciudad 42,2 hectómetros cúbicos de agua. Este volumen supone un ahorro de 2,7 Hm3 respecto a 2022 (44,9 Hm3 y un 5,97% menos) y confirma la tendencia a la baja ya experimentada en 2023 con 44,6 Hm3 (-5,3%), la cual está teniendo continuidad en 2025. Así, en los tres primeros meses del año se han distribuido desde los depósitos 9,4 Hm3, un 8,2% menos respecto a los 10,2 registrados en el mismo periodo de 2024.

Durante la rueda de prensa del balance de las medidas de ahorro de agua en la ciudad, la edil ha explicado que el uso urbano en Málaga se sitúa en una media de 169 litros por habitante y día. Esta cifra no sólo está por debajo de la dotación máxima de 225 litros acordados por la Comisión para la Gestión de la Sequía en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas en la reunión del pasado 25 de marzo, sino también de los 180 litros como máximo que fueron fijados en octubre de 2024, debido a la persistencia de la sequía, antes del incremento del agua embalsada a raíz de las lluvias de los últimos meses.

Esta mejora de la situación hidrológica ha posibilitado que el sistema de explotación Guadalhorce-Limonero haya pasado de la situación de escasez severa a escasez moderada, lo que ha conllevado el levantamiento de todas las restricciones al uso de agua potable que seguían activas en la ciudad, siempre que se siga cumpliendo la dotación máxima de 225 litros por habitante y día para uso urbano.

Pese a ello, el Ayuntamiento mantiene su planificación prevista para ahorrar agua potable mediante la regulación de la presión para minimizar las fugas, el plan de choque de reparación de conducciones para reducir las pérdidas, el control de los grandes consumidores para detectar posibles fugas en canalizaciones interiores o la extensión del recurso procedente del freático para riego de zonas verdes y limpieza viaria: “Nosotros seguirnos trabajando como si no hubiera llovido”.

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