A los llamados "Lanzas Internacionales" se les imputan más de 40 delitos de este tipo en varias provincias, entre ellas Málaga y Sevilla
La Guardia Civil, en el marco de la operación SIRIUX, ha desarticulado el grupo más activo en España en el robo de casas habitadas, los llamados "Lanzas Internacionales", con el arresto de sus once integrantes, a quienes se les imputan más de 40 robos en varias provincias, entre ellas Sevilla y Málaga, y en países como Francia e Italia.
De los arrestados, la mayoría son chilenos, siete, mientras que hay dos colombianos, un marroquí y una española, jóvenes que formaban "un grupo delincuencial" organizado y especializado en el robo de viviendas habitadas y del que la Dirección General de la Guardia Civil destaca en un comunicado su carácter itinerante por toda Europa.
En el marco de la operación se han llevado a cabo siete registros en Madrid y en la localidad de Getafe, y se han recuperado cientos de piezas de joyería y aparatos electrónicos, dos pistolas simuladas y gran variedad de herramientas para cometer los robos.
A los arrestados, todos ellos ya en prisión, se les imputan más de 40 robos en las provincias de Segovia, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga y Toledo en los últimos tres meses, así como otros en Francia e Italia.
La investigación comenzó el pasado abril al detectarse un considerable aumento de este tipo de robos en provincias como Madrid y Segovia, todos ellos con un mismo "modus operandi" que coincidía con la actividad propia de los conocidos como "Lanzas Chilenos", especializados en el robo de viviendas habitadas.
Los investigadores se centraron en la actividad de un grupo formado principalmente por personas de origen chileno, afincado en la Comunidad de Madrid.
Sus integrantes eran personas con un arraigo mínimo en España que residían temporalmente en el país o que se desplazaban específicamente para llevar a cabo "una intensa campaña de robos y regresar de nuevo a su país".
Solían residir en pisos okupas, que una de las integrantes del grupo, de origen español, buscaba y ofrecía al resto de miembros.
Actuaban siempre un mínimo de tres personas, de modo que los miembros del grupo rotaban a la hora de llevar a cabo los robos y cambiaban sus roles dentro de la organización, entre ellos la elección de los objetivos, vigilancia y transporte de los efectos sustraídos y su posterior venta.
En el caso de las joyas robadas, el grupo las enviaba al país de origen de los detenidos ocultas en maletas, por vía aérea, aunque buena parte de éstas también eran entregadas en un establecimiento de compraventa de oro de Madrid, sin ningún tipo de registro ni control administrativo.
Los aparatos electrónicos o informáticos eran recibidos por una persona de nacionalidad marroquí que se hacía cargo de la mayoría de ellos y que, posteriormente, vendía.
La Guardia Civil resalta la colaboración con las autoridades chilenas, gracias a la cual se ha conseguido averiguar la identidad real de los detenidos, ya que algunos, pese a que habían sido identificados en Francia e Italia, siempre portaban documentación falsa.
La operación ha corrido a cargo del Grupo de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial de las Comandancias de Segovia y Madrid, todo ello coordinado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Segovia.