El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció este miércoles a los partidos políticos en el pleno del Congreso de los Diputados negociar un acuerdo económico sobre cuatro puntos que debería cerrarse en un plazo de dos meses. Para ello, ha designado una comisión encabezada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado y los ministros de Fomento e Industria, José Blanco y Miguel Sebastián, respectivamente.

Zapatero, que aseguró que va a dar "la máxima relevancia" a este asunto, planteó acuerdos en cuatro puntos: medidas para mejorar la competitividad de la economía española y fomentar la creación de empleo; política industrial para impulsar la renovación del modelo productivo; cumplimiento del plan de consolidación fiscal para asegurar la reducción del déficit público y la reforma del sistema financiero (estabilidad, morosidad y acceso al crédito).

Según dijo, los tres ministros serán los responsables de poner "toda la carne en el asador" para llegar a acuerdos y, para ilustrar su voluntad de acuerdo, se declaró abierto a "tratar otros temas o abrir nuevos enfoques sobre los temas propuestos". Zapatero invitó a todos los portavoces a plantear sus propuestas en el debate que está teniendo lugar en el pleno.

El jefe del Ejecutivo fijó el plazo para alcanzar los acuerdos en dos meses: "Las reformas no se pueden demorar", avisó, añadiendo que el proceso de diálogo, sobre todo teniendo en cuenta que será al "máximo nivel operativo", no se puede mantener "indefinidamente".

En este sentido, alegó que la tramitación del proyecto de Ley de Economía Sostenible, para acordar los temas en él contenidos o para abrirlo a otros nuevos, confiere un marco, el parlamentario, y un horizonte temporal, el de la tramitación legislativa, que "induce a concluir los acuerdos en un plazo no superior a los dos meses".

Reformas
Zapatero precisó además que su intención es que "el conjunto de las grandes reformas" estén "operativas antes de que concluya este primer semestre", tanto las medidas sometidas a "consenso general" como las que "siguen un cauce específico" --reforma laboral--.

El jefe del Ejecutivo admitió que alcanzar esos acuerdos en ese plazo es "un reto" para todos los partidos, pero remarcó que es lo que demandan los ciudadanos y pidió para ello "superar recelos, conciliar ambiciones legítimas, aceptar soluciones parciales" y aprovechar todas las capacidades del país.

Además, subrayó que su apelación al "esfuerzo colectivo" y la oferta de "voluntad leal de acuerdo" no implicará que el Gobierno "renuncie a sus facultades" ni haga "dejación de sus responsabilidades", sino que es un esfuerzo "de sumar a todos al esfuerzo por la recuperación".

No bastan acuerdos puntuales
Zapatero defendió que desde el inicio de la crisis ha intentado aprobar todas las medidas con diálogo político y diálogo social, pero asumió que "en una situación tan complicada y decisiva para el futuro" como es la actual, "no basta" con llegar a acuerdos puntuales en el Congreso de los Diputados como ha hecho el Gobierno en lo que va de legislatura.

"Queremos más, la sociedad española quiere más", avisó el presidente, proclamando que "es necesario extender los acuerdos y ampliar el consenso sobre el conjunto de reformas" que hay que aprobar, y aumentar también "los esfuerzos" que habrá que hacer para ello.

Zapatero presentó a la Cámara un calendario de reformas y apuntó que es "tan necesario adoptarlas como conveniente hacerlo con el mayor acuerdo posible". Así, aunque asumió que el Ejecutivo es "el principal responsable" de que se cumplan las elecciones, destacó que "son reformas que por su calado trascienden el perímetro de una legislatura".

En todo caso, garantizó que el Gobierno se compromete a "cumplir y a impulsar" los acuerdos que se adopten en los tres procesos de diálogo que ya están en marcha: el pacto educativo con el PP, la reforma de las pensiones en el seno del Pacto de Toledo y la reforma laboral que está en marcha en la mesa del diálogo social.