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Citan a declarar a Emilio Botín al Supremo

Lo hace en calidad de testigo de la causa contra el juez Garzón

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El magistrado del Tribunal Supremo Manuel Marchena, que instruye la causa abierta al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por prevaricación y cohecho en relación con los cobros que recibió por dirigir unos cursos en la Universidad de Nueva York, entre 2005 y 2006, que fueron patrocinados por el Banco Santander, ha citado al presidente de esta entidad, Emilio Botín, para que declare como testigo en este procedimiento el próximo 12 de mayo.

La citación se ha producido a instancias del propio instructor de la causa, según aseveró a las puertas del tribunal el abogado José Luis Mazón, que ejerce la acusación popular en este procedimiento. El 6 de mayo declararán, también como testigos, los que fueran responsables del Santander en EE.UU Rodolfo Icaza y Gonzalo de las Heras.


Los querellantes, los abogados Mazón y Antonio Panea, relacionan la supuesta percepción de 302.000 dólares por parte de Garzón por la organización de los cursos con la decisión de éste de no admitir a trámite posteriormente una querella formulada contra directivos del Banco Santander, entre ellos su presidente Emilio Botín, en el proceso penal por las "cesiones de crédito". La Fiscalía no ve delito en la actuación del juez y no le acusa en este procedimiento.

En su querella, los letrados aludían a un documento interno del banco en el que Gonzalo de las Heras daba cuenta al presidente de la entidad de una comida con Garzón celebrada el 21 de abril de 2005 y le señala: "Nos habló de sus contactos con las autoridades antiterroristas americanas y de los programas que desde la cátedra King Juan Carlos I of Spain quiere organizar. (...) Hoy me envía la propuesta que te adjunto, y que me parece importante aunque ambiciosa".

"Esta documentación aportada en las actuaciones pone inequívocamente de relieve que la información proporcionada por el certificado aportado por el querellado es falsa, ya que no es la Universidad o el Centro Rey Juan Carlos I quien pide, sino el querellado -valiéndose, claro está, de su cargo como reza al pie de firma (Garzón firmaba como magistrado-juez) y de la problemática condición por entonces del presidente del Santander, imputado en varios procesos penales ante la propia Audiencia Nacional (...)-", según defienden los querellantes en su denuncia ante el Supremo.

También obran en la causa unas cartas remitidas por Garzón a Botín agradeciéndole el patrocinio de los cursos y tratándole de "querido Emilio".

Testigo
El anuncio de la declaración de Botín se produjo tras la declaración hoy en el alto tribunal de una de las testigos propuestas por la acusación en esta causa, María Del Mar Bernabé, la funcionaria de la Administración de Justicia que acompañó a Garzón como asistente durante su permanencia en Nueva York, donde disfrutaba de un permiso de estudios

No comparecieron los dos testigos citados, que eran Laura Turégano, responsable del Centro Juan Carlos I de la Universidad, que organizó los cursos, y el ex director del centro universitario James D. Fernández. Ambos informaron por carta al Supremo de que no tenían intención de acudir al requerimiento del alto tribunal español, según explicó Mazón a los medios, si bien el instructor estudiará si remite una comisión rogatoria a EE.UU para tramitar la declaración de ambos por videoconferencia.

Los querellantes, los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea, quieren que ambos declaren ante Marchena por dudar de la veracidad de un documento aportado por la defensa que certifica que el magistrado de la Audiencia Nacional ni solicito ni recibió financiación de la entidad para organizar las jornadas en la Universidad de Nueva York.

Por lo que se refiere al interrogatorio a la funcionaria, se realizó en presencia de Mazón, del representante del Ministerio Público y del abogado de Garzón en este asunto, el ex fiscal Enrique Molina. Según la acusación popular, las declaraciones de esta mujer se ciñeron su situación personal en Nueva York, donde acudió tras solicitar un permiso de estudios para el patrocinio de los cursos denominados 'Diálogos Transatlánticos" en 2005.

Bernabé, que fue funcionaria adscrita al juzgado de Garzón en la Audiencia Nacional entre 1991 y 2001, volvió a Nueva York para trabajar en la Universidad entre abril y junio de 2006, si bien durante este periodo lo hizo "por su cuenta", pagando su propio alquiler (700 euros) y dijo no recordar si cobró por ello, según las mismas fuentes.

Explicó también al instructor Marchena que no fue Garzón quien la buscó para ir a Nueva York, ya que la propuesta le llegó a través de una carta de la propia universidad.

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