"Si es verdad, es irrisorio. Muestran no solo la ineptitud y debilidad del Ejército, sino también que no les queda otra alternativa"
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG, por sus siglas en inglés), que se declara la autoridad legítima de Birmania tras la asonada de 2021, afirmó este martes que las recientes visitas a prisión de una delegación de la junta militar a la exlíder de facto Aung San Suu Kyi denotan "desesperación" por parte de los generales.
"La idea de que Aung San Suu Kyi traicionaría a su gente es tan absurda como los falsos delitos de los que se le acusa, y la situación apesta a desesperación por parte de los militares", señaló un portavoz del Ministerio de Información del NUG en un comunicado enviado hoy a EFE.
El portavoz se refiere a la noticia revelada la víspera por medios independientes birmanos de que una delegación encabezada por el ministro y consejero de seguridad nacional de la junta, Yar Pyae, visitó a Suu Kyi los días 27 de mayo y 4 de junio con el objetivo de pedir su colaboración en la lucha contra la resistencia armada.
"Si es verdad, es irrisorio. Muestran no solo la ineptitud y debilidad del Ejército, sino también que no les queda otra alternativa que suplicar a Aung San Suu Kyi", añadió el NUG.
El NUG fue constituido en parte por exdiputados del Legislativo depuesto por los militares tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, que los militares dieron bajo el pretexto de que hubo irregularidades en las elecciones de noviembre de 2020, en las que arrasó la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Suu Kyi.
Durante las inusuales recientes visitas de miembros de la junta a Suu Kyi, sin confirmar por el régimen castrense, los militares buscaron en teoría el apoyo de la líder depuesta para luchar contra las fuerzas populares de defensa (PDF, en inglés), surgidas tras el golpe y que han ido ganando terreno al Ejército.
Las PDF, a las que se unieron muchos jóvenes sin experiencia en combate, son el brazo armado del NUG, el cual, aunque tiene posiciones comunes con la Liga de Suu Kyi, mantiene diferencias en cuanto al respaldo a la lucha armada para frenar al Ejército.
Nobel de la Paz en 1991 por su lucha por la democracia, Suu Kyi, de 77 años, acumula hasta 11 años de prisión tras haber sido declarada culpable de todos los cargos presentados en su contra tras el golpe, desde corrupción hasta posesión ilegal de transmisores de radio.
Suu Kyi es además juzgada por vulnerar la ley de Secretos Oficiales, delito penado con un máximo de 14 años de prisión, y está acusada de fraude electoral durante los comicios de 2020, si bien sus abogados califican todos los delitos como una fabricación en su contra.
Birmania se encuentra sumida en una espiral de violencia y semianarquía desde la asonada, tras la cual cerca de 3.650 personas han muerto por la represión por parte de las fuerzas de seguridad, según la oenegé birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).