Los detenidos actuaban con violencia, tanto en España como en Colombia y otros países de la Unión Europea, contra otros integrantes de la red a los que amenazaban de muerte o secuestraban como garantía de las 'operaciones' en las que estaban inmersos y de las pérdidas ocasionadas en las distintas aprehensiones.
Un español fue secuestrado el 24 de julio del año pasado por paramilitares en la selva de Colombia, por lo que tuvo que pagar una importante cantidad de dinero.
La mayoría de los detenidos en la denominada "operación Almo", en la que se han practicado quince registros domiciliarios en las provincias de Valencia y Alicante, son de nacionalidad española.
En concreto, de los 34 arrestados, que llegaron a secuestrar a un español en Colombia, 27 son de España, cuatro son colombianos, un italiano, un holandés y un británico. Dos de estas detenciones se han llevado a cabo en Marruecos y el resto en España.
Las investigaciones de esta operación, que ha sido dirigida por el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO) y ha contado con la colaboración de las policías de Colombia, Marruecos, Italia, Holanda, Bélgica y Reino Unido, han permitido embargar preventivamente 101 bienes inmuebles con un valor catastral de más de 3 millones de euros.
Además, se han incautado 39 vehículos, un arma de fuego, 500 tarjetas de telefonía móvil, 35.000 euros en metálico, 15 ordenadores y 14 discos duros.
Los detenidos, a los que se les imputa numerosos delitos, tenían la infraestructura necesaria para introducir a través de diversos puertos españoles -Valencia, Tarragona y Pontevedra, entre otros- grandes cantidades de cocaína oculta en el interior de contenedores para su posterior distribución en este país y en otros europeos.
Así, la red intentó introducir once kilos de hachís el 2 de mayo de 2.010 en Tánger (Marruecos), 115 kilos de cocaína que eran transportados en un contenedor en el puerto de Tarragona el 1 de julio de ese mismo año, día en el que se consiguieron incautar también 132 kilos de la misma droga en el puerto de Valencia.
Otros 139 kilos de cocaína intentaron introducir el 15 de septiembre en el aeropuerto de Schiphol en Amsterdam (Holanda), 564 kilos de cocaína en el puerto de Marín (Pontevedra), y 13 y 22 de cocaína en dos contenedores en el puerto de Amberes (Bélgica) el pasado noviembre.
También en ese mes iban a introducir mil kilos de cocaína en el puerto de Gioia Tauro (Italia), además de cinco kilos de metanfetamina, 23 kilos de hachís y un arma corta de fuego.