Dzhokhar Tsarnaev, coautor confeso de los atentados de la maratón de Boston (EEUU) de 2013, fue condenado hoy a muerte por haber asesinado a tres personas y herido a otras 264 con el objetivo de causar el mayor daño posible en nombre de la yihad (guerra santa), según el veredicto al que llegó el jurado.
Tsarnaev, de 21 años, recibió la decisión unánime de los 12 miembros del jurado, siete mujeres y cinco hombres, con la misma apariencia impasible que ha mantenido durante todo el proceso.
Esa impasibilidad solo se quebró hace dos semanas, cuando una de sus tías de Rusia acudió a declarar, rompió a llorar y provocó la misma reacción en el acusado.
El jurado lo consideró culpable de seis de los 17 cargos que podían enviarle al corredor de la muerte, aunque en total estaba acusado de 30, entre ellos el de uso de arma de destrucción masiva al colocar las ollas de presión con explosivos y llenas de clavos y metales con su hermano en la abarrotada línea de meta de la maratón.
"Este no fue un crimen religioso. No es lo que los musulmanes creen. Este fue un crimen político que tenía como objetivo intimidar a Estados Unidos", destacó la fiscal Carmen Ortiz a las puertas del tribunal, en una rueda de prensa posterior a conocerse la condena.
Ortiz nombró a los fallecidos en el maratón Krystle Campbell, de 29 años; Martin Richard, de 8, y Lu Lingzi, de 23, así como al policía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Sean Collier, al que Dzhokhar y su hermano mayor, Tamerlán, asesinaron cuando trataban de huir.
El jurado, que ya emitió su veredicto de culpabilidad en la primera fase del juicio el pasado abril, alcanzó su decisión después de 14 horas y tres jornadas de deliberación, que comenzaron el miércoles tras los alegatos finales de la defensa y la Fiscalía.
La pena capital contra Tsarnaev fue solicitada a nivel federal, ya que esta práctica fue abolida en el estado de Massachusetts en la década de 1980, de forma que para ser ejecutado, probablemente mediante el método de la inyección letal, el acusado deberá de desplazarse a otro estado, entre los que se baraja Indiana.
"Deben de estar orgullosos de su servicio en este caso", dijo al jurado el juez federal George A. O'Toole Jr, encargado del caso, quien agradeció a los doce miembros su labor en nombre de todos los ciudadanos del estado de Massachusetts, donde está Boston.
El jurado consideró como un factor atenuante la edad del acusado, que tenía 19 años en el momento de los ataques, pero rechazó que su hermano mayor ejerciera sobre él una influencia determinante a la hora de colocar las dos bombas caseras, como alegó la defensa durante todo el proceso.
Con su decisión, el jurado respalda la versión de la Fiscalía de que Tsarnaev no siente ningún remordimiento por las tres muertes que causaron las dos bombas que colocó junto a su hermano en la línea de meta de la maratón, así como por la muerte de un policía del MIT.
"La pena máxima es un castigo apropiado para este crimen horrible y esperamos que el cumplimiento de la pena traiga el cierre a las víctimas y sus familias", destacó en un comunicado la fiscal general de EEUU, Loretta Lynch, que consideró que Tsarnaev perpetró el "cobarde" atentado a "sangre fría" y "con crueldad".
De una opinión bien distinta son las decenas de personas que se congregaron alrededor del tribunal de Boston con pancartas en las que podía leerse: "La pena de muerte es asesinato".
En la misma línea, el presidente de Amnistía Internacional en EEUU, Steven W. Hawkins, dijo en un comunicado que "la pena de muerte no es justicia" y destacó que "ningún Gobierno puede presumir de ser líder en derechos humanos cuando sentencia a sus prisioneros a muerte".
La decisión sobre este ataque -el peor en suelo estadounidense desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001- no pone fin al proceso, pues la defensa expresó durante el juicio su deseo de recurrir la condena, de forma que la espera de Tsarnaev en el corredor de la muerte podría prolongarse durante décadas.
Sin embargo, según subrayó en un comunicado el alcalde de la ciudad, Martin J. Walsh, el día de hoy sirve para mostrar que "más que nunca, Boston es una ciudad de esperanza, fuerza y resiliencia, capaz de superar cualquier desafío".