El candidato socialista a la Presidencia francesa, Benoît Hamon, consideró hoy que Francia "está al borde de un ataque de nervios" y que el socialismo democrático que él dice representar "nunca ha sido tan necesario".
"Los electores están desorientados. Los comportamientos nunca han sido tan erráticos", añadió en una entrevista concedida al diario Libération.
Hamon, situado en quinta posición en los sondeos, con el 8,1 % de la intención de voto, según el Huffington Post, mantiene la esperanza en sus posibilidades.
Francia, señaló, necesita la izquierda que él encarna: "social, ecologista, europea y abierta".
"Confío en que los electores de izquierdas se guiarán por la inteligencia y no por los sondeos", dijo en referencia velada al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuarto en las encuestas (19,3 %), por detrás del conservador François Fillon (19,5 %), la ultraderechista Marine Le Pen (22,7 %) y el socioliberal Emmanuel Macron (23 %).
El aspirante socialista señaló que, como él pretende, "querer conciliar la justicia y la igualdad con un desarrollo que proteja los espacios vitales, la naturaleza y la biodiversidad es una idea rabiosamente moderna".
Hamon recordó que mantiene con Mélenchon diferencias irreconciliables en materia europea y exterior, que impiden un acuerdo entre ambas candidaturas.
"Ya sea en el Gobierno o en la oposición, la izquierda no puede proponer a las futuras generaciones plantear su destino fuera de la UE", añadió el representante del Partido Socialista (PS), que criticó igualmente la ambigüedad de Mélenchon sobre la Rusia de Vladimir Putin o el régimen de Bachar Al Asad.
Pero sus verdaderos adversarios, dijo, son Le Pen y Fillon: "Macron no está preparado para gobernar", apuntó en referencia al ex ministro de Economía, cuyo programa cree que debilitará a las clases medias y populares en caso de llegar al poder.
A ocho días de la primera vuelta de las presidenciales, Hamon sostuvo que el país atraviesa "una crisis moral, no solamente política", y se postuló como "el candidato de la Francia mestiza", el de una Francia "laica, con múltiples raíces".