La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo hoy que Facebook tiene "mucho por hacer" frente a los discursos de odio después de que la red social anunciara que prohibirá este tipo de contenidos.
La empresa anunció la víspera el veto a mensajes de alabanza, apoyo y representación del nacionalismo y separatismo blancos en Facebook e Instagram, dos semanas después de que un supremacista blanco matara a 50 personas en Christchurch, en el sur de Nueva Zelanda.
Ardern remarcó desde esta ciudad que lo anunciado debería haber sido incluido desde el inicio en los estatutos contra los mensajes de odio de Facebook, y aseguró que ya que las redes sociales son globales, la "solución debe ser global".
"A pesar de ello, es positivo que la aclaración se haya hecho tras el ataque en Christchurch", señaló la mandataria que señaló que Australia también analiza la posibilidad de imponer sanciones a las empresas que gestionan redes sociales si no evitan la propagación de "material extremista".
El presunto autor de la masacre, el australiano Brenton Tarrant, transmitió en directo el ataque a las dos mezquitas en el que aparecía disparando a quemarropa contra los feligreses, y publicó un manifiesto de más de 70 páginas en el que justificaba sus acciones.
La semana pasada Facebook admitió que su sistema de inteligencia artificial para detectar contenido no permitido en la red social "no es perfecto" y que este falló a la hora de reconocer el vídeo del ataque en Christchurch.
La acción fue retransmitida en directo y fue vista unas 4.000 veces antes de que Facebook retirase la grabación por primera vez, aunque posteriormente hubo internautas que intentaron, con éxito o no, volver a colgarlo más de un millón de veces.
Además de Facebook, Youtube, el portal de vídeos propiedad de Alphabet (matriz de Google), también informó de la retirada de "decenas de miles" de vídeos del ataque en su plataforma y aseguró que lo ocurrido "no tiene precedentes" en ese sitio "tanto por su escala como por su rapidez".