Tanto demócratas como republicanos del Congreso de Estados Unidos se manifestaron dispuestos a endurecer las medidas contra Turquía por su ofensiva en Siria
Tanto los demócratas como los republicanos del Congreso de Estados Unidos se manifestaron dispuestos a endurecer las medidas contra Turquía por su ofensiva en Siria contra las milicias kurdas, mientras que la jefa de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, se despachó con el presidente Donald Trump, al que acusó de beneficiar a Rusia.
Un día después de que la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, apoyara un proyecto de resolución en contra de la retirada de las tropas estadounidenses del país árabe, el presidente del Senado, el republicano Mitch McConnell, afirmó que esa iniciativa le ha "animado" a buscar una respuesta más contundente contra Ankara.
"Creo que es importante hacer una declaración firme y estratégica para el futuro. Por este motivo mi preferencia sería algo incluso más fuerte que la resolución que la Cámara (de Representantes) aprobó ayer, que tiene debilidades graves", opinó McConnell en un discurso en el Senado.
La Cámara Baja aprobó este miércoles una propuesta legislativa con 354 votos a favor y 60 en contra para rechazar el repliegue estadounidense de Siria y estaba por ver si el Senado adoptaría esa condena.
McConnell criticó el texto salido de esa Cámara por mantener "curiosamente el silencio sobre el asunto de sostener la presencia militar de EE.UU. en Siria": "Puede que para evitar que los demócratas tengan que pronunciarse públicamente sobre esta cuestión".
Los legisladores siguen evaluando cómo responder a la decisión de Trump de replegar las tropas de Siria, anunciada días antes del comienzo el 9 de octubre de una ofensiva de Turquía en ese país contra las milicias kurdosirias y después de una conversación telefónica entre el mandatario y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
Simultáneamente, el senador republicano Lindsey Graham, uno de los principales aliados del presidente en el Capitolio, y el demócrata Chris Van Hollen presentaron hoy el borrador de una iniciativa legislativa para imponer nuevas sanciones a Ankara.
De aprobarse, esas sanciones buscan disuadir a cualquier ciudadano estadounidense o extranjero de proporcionar ayuda a las Fuerzas Armadas turcas y de respaldar la producción de energía en Siria, que pueda beneficiar no solo a Turquía, sino también a Irán o al Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, entre otros.
Otra iniciativa presentada por el senador republicano Jim Risch y el demócrata Bob Menéndez, los de mayor rango en el Comité de Exteriores, restringiría la venta de armas a Ankara e impondría sanciones contra funcionarios turcos y contra aquellos que provean armas para la ofensiva en Siria.
A principios de esta semana, el Gobierno de EE.UU. sancionó a tres ministros del Ejecutivo turco, además de anunciar una subida de los aranceles contra el acero turco hasta el 50 % y de cerrar las puertas a un posible acuerdo comercial entre ambos países, como represalia por la ofensiva de Turquía.
En una rueda de prensa, Graham consideró que "lo que Turquía ha hecho en Siria es inaceptable, la incursión turca en Siria perjudica la seguridad nacional estadounidense" y agregó que pone en peligro a los kurdos, que el senador recordó que son aliados de EE.UU.
Mientras que los republicanos expresaron su descontento con la forma en que Trump está gestionando la situación en Siria, los demócratas elevaron hoy el tono contra el mandatario, que el miércoles tuvo un tenso desencuentro con Pelosi en la Casa Blanca.
La presidenta de la Cámara Baja se desquitó en su rueda de prensa semanal y acusó a Trump de beneficiar a Rusia y a su mandatario, Vladímir Putin, con su política en Siria.
Ayer, Pelosi y otros líderes demócratas abandonaron abruptamente una reunión sobre Siria en la Casa Blanca debido a los supuestos insultos de Trump a la presidenta de la Cámara de Representantes.
Poco después, Trump llamó en Twitter "enferma" a Pelosi y publicó una fotografía de ella de pie y señalándole en la Casa Blanca, a lo que la dirigente demócrata reaccionó colocando esa instantánea en la portada de su perfil en esa red social.
Así las cosas, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, se mostró ambiguo sobre la celebración de una reunión entre Trump y Erdogan, programada para el 13 de noviembre en Washington.
"Depende cómo vaya todo en los próximos dos días, vamos a esperar", dijo Mulvaney, quien hizo referencia a la actual visita del vicepresidente Mike Pence y del secretario de Estado Mike Pompeo a Turquía para entrevistarse con Erdogan con el fin de lograr un alto el fuego.