El jefe del Estado ha dedicado esta semana a reunirse con los partidos del hemiciclo y los agentes sociales y económicos para conocer sus posiciones
Portugal, que el miércoles registró un repunte significativo en el número de muertos diarios -59, por encima del récord anterior, 46-, está a la espera de que el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, avance con una nueva declaración de estado de emergencia.
El jefe del Estado ha dedicado esta semana a reunirse con los partidos del hemiciclo y los agentes sociales y económicos para conocer sus posiciones sobre un nuevo estado de emergencia, después de que el primer ministro, el socialista António Costa, le pidiese el pasado lunes que avanzase con esta medida.
Tras hablar con los partidos, Rebelo de Sousa aseguró en una entrevista con la cadena pública RTP que existe una mayoría "clara", de más de dos tercios del hemiciclo, que apoyaría una declaración de emergencia "limitada", que no estableciese la paralización casi total que hubo en primavera.
Aun así, el presidente todavía no ha avanzado con la declaración, que tiene que remitir primero a la Asamblea de la República para que dé su visto bueno antes de que sea promulgada.
La expectativa es que el debate en el Parlamento pueda realizarse este viernes, aunque todo dependerá de cuándo llegue el decreto a la Cámara.
La declaración del estado de emergencia, el nivel de alerta máximo en el país y que ya estuvo vigente entre el 19 de marzo y el 2 de mayo, tendrá sobre todo "efectos preventivos" y dará cobertura legal al Gobierno luso para avanzar con más medidas.
Desde el miércoles, 121 municipios, que aglutinan al 70 % de su población e incluyen a Lisboa y Oporto, están bajo un confinamiento parcial que establece el "deber cívico" de quedarse en casa a menos que sea para realizar actividades esenciales, aunque no existe régimen sancionador.
Esta vez, al contrario del confinamiento que hubo en primavera, las escuelas, el comercio, la hostelería e incluso los centros culturales permanecen abiertos.
El primer día del confinamiento parcial coincidió con un nuevo récord de muertes diarias, 59 óbitos, por encima del máximo anterior, que era de 46, y también del que se registró durante la primera ola (37).
Además, el miércoles sumó 7.497 positivos, aunque la Dirección General de Salud (DGS) aclaró que sólo 3.927 correspondían a infecciones de las últimas 24 horas y el resto eran casos de días anteriores que un laboratorio había notificado con retraso.
En total, desde que comenzó la pandemia ya se han contabilizado 156.940 contagios y 2.694 decesos.