El negociador de la Unión Europea (UE) para la relación con el Reino Unido tras el Brexit, Michel Barnier, advirtió este viernes de que solo quedan "algunas horas útiles" para que Londres y Bruselas puedan lograr un pacto que entre en vigor el 1 de enero, y subrayó que no puede decir si se conseguirá.
"Nos queda muy poco tiempo, algunas horas útiles en esta negociación, si queremos que este acuerdo entre en vigor el 1 de enero", declaró el político francés durante un debate en el Parlamento Europeo (PE).
Añadió que en la actualidad no es capaz de decir "cuál será el resultado" de "la recta final" de las conversaciones, por lo que instó a prepararse para todos los escenarios, tanto el de un pacto como el de que no se obtenga un acuerdo comercial con Londres antes de fin de año.
En ese sentido, explicó que esta mañana se va a reanudar el diálogo con el equipo británico, lo que calificó de "un último intento de encontrar un acuerdo aceptable, especialmente, sobre la pesca", que se ha convertido en el principal obstáculo para el convenio.
"No estamos seguros de lograrlo si cada uno no hace un esfuerzo real y concreto para encontrar un compromiso", apuntó.
De todas formas, tal y como afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, esta semana, Barnier repitió que la posibilidad de cerrar un pacto "está ahí".
"Como negociador, lo pienso, pero el camino es muy estrecho", constató, y agregó que "no es sorprendente" que "en las últimas horas" se concentren "los puntos más difíciles y duros" del diálogo.
Así, sobre la pesca, dijo que Bruselas respeta y acepta que el Reino Unido quiera controlar el acceso a sus aguas.
"Pero si el Reino Unido quiere, tras un periodo de ajuste creíble y suficiente, poder cortar el acceso a sus aguas para los pescadores europeos, en el momento en que sea, la Unión Europea debe tener también un derecho soberano de reaccionar o de compensar, ajustando entonces las condiciones de acceso a su mercado para el conjunto de productos y, sobre todo, para los productos de pesca", argumentó Barnier.
Precisó que esa es "una de las grandes dificultades actuales de la negociación".
También insistió en la importancia que tienen para el club comunitario las garantías para asegurar la competencia entre las empresas de las dos partes, un apartado en el que se han logrado avances en las últimas jornadas.
"Si el Reino Unido, soberano, desea divergir en el futuro (con respecto a las normas y estándares de la UE), está en su derecho, pero eso no puede suceder sin consecuencias en cuanto al acceso al mercado sin aranceles ni cuotas", comentó.
La Unión Europea es partidaria de introducir en el acuerdo un mecanismo que garantice que en el futuro, a medida que se adapten las reglas y la legislación a un nuevo contexto tecnológico o medioambiental, las leyes de los Veintisiete y del Reino Unido no diverjan en exceso. De esa forma, se garantizaría una competencia justa entre los dos bloques.
El exministro galo recordó que ha sido el Reino Unido el que ha fijado el plazo tan limitado para negociar la relación tras el Brexit, que concluirá en la medianoche del 31 de diciembre, cuando la legislación comunitaria dejará de aplicarse en territorio británico.
Después de abandonar la Unión Europea el pasado 31 de enero, comenzó un periodo transitorio de once meses que el Reino Unido podría haber prolongado antes de julio uno o dos años, hasta finales de 2021 o de 2022, pero el Gobierno británico rechazó esa opción.
"Ellos han fijado ese límite temporal, 31 de diciembre, para este momento de la verdad. ¿Van a salir, como lo deseamos, con un acuerdo, o van a salir sin acuerdo del mercado único y de la unión aduanera?", se preguntó.
Pese a los once meses de la transición, las conversaciones se pusieron en marcha en marzo y Barnier aseguró que nunca antes en solo nueve meses se ha tratado de lograr un pacto sobre "tantos temas", incluso si el Reino Unido optó por no incluir en las conversaciones los asuntos sobre política exterior y defensa.