Sudáfrica, epicentro de la pandemia de covid-19 en el continente africano, endurece a partir de hoy las restricciones para frenar la tercera ola de la enfermedad en el país, anunció el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
Desde este lunes, el inicio del toque de queda se adelanta una hora, desde la medianoche a las once de la noche, y rige hasta las cuatro de la mañana del día siguiente.
Las nuevas limitaciones también obligan a los establecimientos no esenciales como restaurantes, bares y gimnasios a cerrar a las diez de la noche, con lo que adelantan el cierre de sus puertas una hora.
Además, todas las reuniones estarán limitadas a un máximo de 100 personas en el interior (antes eran 250) y 250 personas al aire libre (antes eran 500).
Se prohíben, asimismo, las vigilias nocturnas y las reuniones que sucedan a los funerales, entre otros actos.
“Las infecciones están aumentando y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mitigar esto. Una vez más, tenemos que recordar a los sudafricanos que estén atentos y se protejan a sí mismos y a los demás", afirmó Ramaphosa en un mensaje dirigido anoche a la nación.
"La gravedad de esta tercera ola estará determinada en gran medida por el contacto que cada uno de nosotros tenga con otras personas", subrayó el presidente, al argumentar que "son necesarias más restricciones para garantizar que los centros de salud no se vean abrumados y que no se pierdan las vidas que podrían salvarse".
"Retrasar la propagación del virus es especialmente importante ahora para permitir que se vacune al mayor número posible de personas antes de que la tercera ola alcance su punto máximo", agregó el jefe del Estado.
Hasta la fecha, Sudáfrica sólo ha vacunado a cerca de 480.000 trabajadores sanitarios y más de 480.000 ciudadanos mayores de 60 años, en un país de algo más de 58 millones de habitantes, debido a imprevistos que han provocado la demora en el suministro de dosis.
Las autoridades sudafricanas atribuyen la subida de casos al aumento de reuniones sociales en las que los sudafricanos no están cumpliendo los protocolos de salud esenciales.
Durante la última semana, Sudáfrica registró un promedio de 3.745 nuevas infecciones diarias.
De momento, el país austral ha contabilizado algo más de 1,66 millones de contagios -un tercio de las infecciones detectadas en África- que han desembocado en más de 56.400 muertes.