La Casa Blanca trató de escudar este viernes a la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, de una serie de rumores sobre tensiones y peleas en su oficina, que algunos de sus aliados consideran parte de una campaña para "sabotearla".
Varios portavoces de la Casa Blanca e incluso Ron Klain, el jefe de gabinete del presidente Joe Biden, salieron a defender a Harris después de que tanto el diario Politico como la cadena televisiva CNBC informaran sobre las presuntas tensiones y desmotivación de muchos trabajadores en la oficina de la vicepresidenta.
"Es una campaña de susurros diseñada para sabotearla", opinó Cedric Richmond, uno de los principales asesores de Biden, en declaraciones al diario digital Axios.
Los rumores comenzaron el miércoles, cuando Politico publicó un artículo en el que describía, entre otras cosas, el resentimiento de varios empleados de Harris por no haberse enterado de que la vicepresidenta planeaba un viaje a la frontera con México, una visita que tuvo lugar el viernes pasado.
El diario citaba a 22 funcionarios y exfuncionarios del Gobierno de Biden que retrataban una atmósfera tensa en la oficina de Harris, donde la moral del personal era baja y muchos empleados estaban frustrados con la jefa de gabinete de la vicepresidenta, la veterana estratega demócrata Tina Flournoy.
De acuerdo con las fuentes consultadas por Politico, Flournoy limita demasiado el acceso a Harris, retrasa la toma de decisiones y es excesivamente dura con algunos miembros de su equipo, lo que crea un ambiente "abusivo", en palabras de uno de los citados.
Preguntada por el tema este viernes durante su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se limitó a defender a Harris, sin comentar sobre las presuntas quejas de su equipo.
"La vicepresidenta es una aliada increíblemente importante para el presidente de Estados Unidos. Ella tiene un trabajo complejo, un trabajo duro, y tiene un equipo muy bueno alrededor, que la apoya", subrayó Psaki.
En el mismo sentido, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, afirmó a la cadena CNN que Harris goza de la "confianza" de Biden y que su trabajo como vicepresidenta "ha dado resultados".
Desde que llegó al poder en enero, Harris se ha convertido en el blanco favorito de la oposición republicana, que no ha terminado de afinar sus críticas a Biden y se ha ensañado en cambio con su vicepresidenta, especialmente después de que asumiera la misión de frenar la inmigración desde Centroamérica.
Los conservadores recriminaron durante meses a Harris que no viajara a la frontera con México, a pesar de que ella insistía en que su misión estaba centrada en la negociación con los países vecinos sobre las "causas de raíz".
Finalmente, Harris visitó el pasado viernes El Paso (Texas), algo que algunos demócratas lamentaron por considerar que estaba cediendo a las críticas republicanas en su contra.
La popularidad de Harris es inferior a la de Biden, con un 44 % frente al 51 % del presidente, según una media de sondeos elaborada por la web Real Clear Politics.
Aunque ser mujer y mestiza provoca probablemente que Harris sea juzgada más duramente que si fuera un hombre blanco, como han demostrado varios estudios, algunos estrategas demócratas están preocupados por el índice de aprobación popular de la vicepresidenta, informó este viernes el diario Los Angeles Times.
Como vicepresidenta, Harris es considerada por muchos en el partido como la heredera política de Biden, de 78 años, quien no ha garantizado del todo su intención de presentarse a un segundo mandato en 2024.