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Patio de monipodio

Ciudad esponja

Las capas freáticas no son un estorbo. Son un regalo. Y como muchos regalos son despreciadas cuando alguien busca beneficio. En Sevilla al construir un...

Publicado: 07/03/2025 ·
08:00
· Actualizado: 07/03/2025 · 08:00
  • El nuevo ficus de la plaza de la Encarnación. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Las capas freáticas no son un estorbo. Son un regalo. Y como muchos regalos son despreciadas cuando alguien busca beneficio. En Sevilla al construir  un edificio o sustituir a uno existente -ya son dos faltas graves- se viene utilizando una bomba, la de agua, para vaciar por completo el manantial subterráneo y tirar el agua a ninguna parte, en vez de reconducirlo o aprovecharlo en la medida de lo posible. Porque el agua es vida. Sería bueno convencerse, promotores y constructores los primeros y si no, forzados por técnicos y autoridades, que para eso están. aunque también precisen entenderlo, aprender que sin agua no hay vida.

La ciudad, las ciudades y Sevilla más, están necesitadas de plantas, árboles y arbustos, para disfrutar aire limpio, oxigenado, para eliminar todo el CO2 posible, para respirar, en definitiva y rebajar sensiblemente las calores veraniegas, más con la que se nos viene encima, pues tal como denuncian los hechos, todavía no se han enterado de lo uno ni de lo otro. Sevilla necesita árboles, plantas alimento, es el agua, para refrescarnos y cambiar el anhídrido carbónico por oxígeno. Y mas: los árboles minimizan la violencia de la lluvia, sus raíces sujetan el suelo y nos ayudan a ahorrar desgracias. Ya sólo cabe esperar sequías y lluvias torrenciales, más motivo para respetar cuanto mejore nuestra respiración y evite desastres por la cerrazón de interesados e incrédulos del cambio, si el cambio no se produce en unos días.

No hay que desecar para construir, al contrario, hacen falta árboles y arbustos, olvidemos de seguir violentando la naturaleza, que al final ella gana porque recupera su sitio y eso se traduce en desgracias, provocadas por nuestra desgraciada manía de modificarla. Mejor aprovéchese la de tener agua subterránea, que podrá ser molesto, pero sus ventajas son necesarias a partir de ahora. Mejor que seguir queriendo vencer a la naturaleza.

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