La finca que ocupaba la confluencia entre las calles Zarza y Ramón de Cala –en el corazón de la Cruz Vieja- se derrumbó por completo sobre las 16.20 horas de este domingo, sin que afortunadamente haya que lamentar daños personales de consideración, más allá del tremendo susto que el desplome provocó en los clientes de un establecimiento hostelero cercano.
El edificio se encontraba en estado de abandono y ya había sufrido varios desprendimientos en las últimas semanas como consecuencia de las lluvias.
Tanto es así que la Policía Local había colocado una serie de precintos advirtiendo de la posibilidad de que ocurriera lo que finalmente ha sucedido.
Al lugar de los hechos se desplazaron efectivos del parque de Bomberos apoyados por una unidad canina encargada de tratar de localizar una eventual presencia de personas bajo los cascotes.
También se personó el primer teniente de alcaldesa y delegado del Centro Histórico, Agustín Muñoz, acompañado de otros miembros del Gobierno local, para supervisar las actuaciones que se llevaron a cabo a lo largo de toda la tarde.
En un primer momento llegó a interrumpirse incluso el suministro eléctrico, que quedó restablecido a lo largo de la tarde.
No se descarta en cualquier caso que a lo largo de este lunes sea necesario volver a cortar el fluido.
Al mismo tiempo, se colocaron vallas para perimetrar la zona afectada por el derrumbe y se supervisaron los edificios anexos, no observándose en ellos daños provocados por este siniestro.