El diseñador de moda británico Alexander McQueen falleció ayer en su domicilio londinense en un aparente suicidio, según informaron ayer varios medios británicos.
El diseñador de moda británico Alexander McQueen falleció ayer en su domicilio londinense en un aparente suicidio, según informaron ayer varios medios británicos.
Un portavoz de su firma confirmó la muerte y la calificó de “trágica pérdida” sin dar más detalles sobre las circunstancias “por respeto a la familia McQueen”.
El cuerpo sin vida del diseñador, de 40 años, fue encontrado a las diez de la mañana en su residencia del West End, en el centro de la capital británica.
El suicido del creador británico, en vísperas de la celebración de la Semana de la Moda de Londres, se produce tres años después de que se quitara la vida su íntima amiga Isabella Blow, una musa del mundo de la moda que trabajó en revistas como Tatler y el dominical The Sunday Times.
Blow fue una de las personas que más le ayudaron al principio de su carrera y a raíz de aquel suicidio circularon rumores de que se había producido un distanciamiento previo entre ellos, aunque McQueen los desmintió.
Hijo de un taxista y nacido en Londres, McQueen comenzó a diseñar trajes para sus hermanas a una edad muy temprana.
Comenzó su aprendizaje en la famosa calle de los sastres a medida de Savile Row, donde tuvo como clientes al presidente soviético Mijail Gorbachov y al príncipe de Gales.
Tras una estancia en Milán, donde trabajó para Romeo Gigli, regresó a Londres y estudió en la academia de St Martins, de donde han salido otros famosos diseñadores, y fue uno de los creadores más jóvenes en recibir el título de Diseñador Británico del Año, que logró cuatro veces entre 1996 y 2003.
El diseñador, conocido en sus comienzos como el hooligan de la moda inglesa por su pelo rapado y sus botas de estilo militar, se caracterizaba por la extravagancia de sus diseños y presentaciones como la recreación de un naufragio para presentar su colección de 2003 o de una partida de ajedrez con figuras humanas en la de 2005.
McQueen fue nombrado por el presidente del grupo de lujo LVMH, Bernard Arnault, sucesor de John Galliano en 1996 como diseñador principal de Givenchy antes de asociarse en diciembre de 2000 a Gucci. A finales de 2007, McQueen había abierto ya boutiques en Londres, Nueva York,Los Ángeles y Las Vegas.
Entre las personas del mundo del espectáculo que llevan sus modelos figuran las cantantes Lady GaGa y Rihanna. McQueen había lanzado últimamente una línea de cosméticos inspirados por el maquillaje de Elizabeth Taylor en la película Cleopatra.
La directora de la edición británica de Vogue, Alexandra Shulman, dijo hoy que Lee McQueen (su nombre auténtico) “influyó en toda una generación de diseñadores” y que agregó que “su brillante imaginación no conocía límites”.
“Era un maestro de lo fantástico, que creó desfiles sorprendentes que combinaban el diseño, la tecnología y la acción y por otro lado era un genio moderno cuya estética gótica han adoptado las mujeres de todo el mundo”, dijo Shulman.