La actriz, que debutó en Ditirambo (1969) a las órdenes de Gonzalo Suárez, fue distinguida ayer en la gala de inauguración del Festival Internacional de Cine de Gijón con el Premio Nacional de Cinematografía Nacho Martínez en reconocimiento a su trayectoria artística.
López lamentó, en una rueda de prensa, que el cine esté en manos de los hombres por lo que, cuando una mujer deja de gustar, se le elimina del guión ante la ausencia de papeles para féminas adultas y con una vida propia.
La artista salmantina explicó que si una chica joven le dijera que quiere ser actriz le respondería que volviera a su casa, se sentara en el salón y leyera un libro o viera a “Buenafuente o Wyoming” por la tele.
“Si eres jovencísima, guapísima y estas buenísima vas a triunfar”, aseguró Charo López, quien asegura que en este caso será alguien quien llame a tu puerta.
A pesar de esta reflexión, agradeció el papel que le dio Moncho Armendáriz en Secretos del corazón (1997), en donde pudo interpretar el papel una mujer adulta, sin maquillar, que disfrutaba del sexo.
A su juicio, el director es un “auténtico genio” que entiende la verdadera igualdad entre hombres y mujeres.